Artista poblano dice que en Puebla no hay oportunidades para el arte – El Sol de Puebla

Víctor Hugo Mendoza Zapata, es un artista poblano que efectúa investigación y obra pictórica en la Costa chica de Oaxaca. El Congreso de esta entidad reconoció su labor y la comunidad de Santa María Nutio, en el municipio de San Juan Colorado, registró una de sus investigaciones pictóricas en el Catálogo Nacional de Pueblos Indígenas y Afromexicanos. Sin embargo, en Puebla su trabajo no ha sido tan reconocido y hoy en día busca espacios para impulsar el arte.

Víctor es arquitecto de profesión, pero con los años se hizo artista plástico y visual. Ama Puebla, su historia, sus calles, su religión, porque él es un hombre de fe, sin embargo, las puertas para el arte se abrieron en Oaxaca, no en el territorio poblano. “Siempre me apasionó esto de explorar los lugares (…) cuando entré a esto del arte quise ser un actor para que desde el arte también se pueda investigar”, compartió.

En Oaxaca ha ilustrado el paisaje contemporáneo, las problemáticas de las comunidades, la migración, su fe, el cambio climático, entre otros temas y su trabajo lo ha llevado a recibir diferentes reconocimientos. Incluso ha tenido exposiciones y su trabajo se ha presentado en varios estados y luego ha sido adquirido por particulares.

En una charla con este medio, lamentó que en Puebla no existan más oportunidades para los artistas plásticos como suele ocurrir en otras entidades. Ejemplificó con Oaxaca que es el estado que lo ha impulsado y la Ciudad de México, que es el centro cultural más importante del país, en donde se hacen exposiciones colectivas o concursos.

Uno de sus últimos trabajos fue una serie de piezas en homenaje a la Virgen de Juquila, incluso por este último, el Congreso del Estado de Oaxaca le otorgó un reconocimiento. La exposición plástica se llamó “Emociones del alma” y Víctor recuerda que cuando estaba pintando una de las obras, tuvo un momento de colapso, pero al pedirle a la virgen fuerzas, fue como si le hubiera llegado un rayo de fuerza para seguir adelante.

“Considero que no sólo es el fervor religioso, sino que es un homenaje artístico (…) Coincidió que ya se acerca el 8 de diciembre que es su fiesta (…) me siento muy honrado, me considero religioso y creo que es algo que me ha marcado (…) le pedí permiso para pintarla y que me dejara demostrarle ese amor y homenaje”, agregó.

Después de esto se han ido abriendo diferentes puertas. Sin embargo, en Puebla los espacios son limitados para el arte. El único espacio que le ha abierto sus paredes es el taller de Saúl Pereyra quien hizo toda su carrera en Alemania, pero hoy está en el estado y lo ayuda en su metodología y la difusión de su trabajo.

Espera que a futuro, los artistas poblanos no tengan que dejar su lugar de origen y que puedan darles más oportunidades para demostrar su talento. “Hasta la fecha no lo he buscado y también no hay tanto apoyo, pero en Oaxaca por ser un lugar artístico que tuvieron a Francisco Toledo o a Rufino Tamayo, pues siguen sus visiones, creo que ellos han permitido que le den más oportunidades a los artistas y tienen más oportunidad de crecer allí que acá en Puebla”, concluyó.

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