Más obstáculos que apoyos hoy tiene la charrería en San Pedro Cholula. En este Pueblo Mágico de Puebla hay 90 charros y todos comparten la misma demanda: contar con un lienzo donde sigan impulsando esta tradición nacional, que tienden a debilitarse ante la falta de espacios públicos para practicarla y transmitirla a las nuevas generaciones.
A nivel internacional esta disciplina ha sido catalogada como patrimonio cultural e inmaterial de la humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), pero en el plano local la historia es otra, al existir abandono y falta de voluntad gubernamental para difundir su importancia.
Tanto representantes de la Asociación de Charros Regionales de Cholula como titulares de Cuadras (grupos) y empresarios del ramo, coinciden que la falta de espacios no es la única dificultad presente, también están los costos para adquirir y dar manutención a un caballo, así como una lucha contra los señalamientos de activistas protectores de animales, quienes en últimas fechas precisan aparentes maltratos que llegan a ejercerse a los equinos, cuando, defienden ellos, no es así.
Los charros de este municipio afirman que es un orgullo formar parte de este gremio, portar la emblemática vestimenta y cabalgar por las calles para difundir este deporte nacional, que no es exclusivo de los hombres, sino que gusta a todos los integrantes de las familias.
Sostienen que la historia de México se hizo a caballo, porque este ejemplar ha estado presente en acontecimientos importantes al usarse como medio de transporte y como vehículo de guerra.
Aun con las adversidades, aseguran que la charrería seguirá vigente en las próximas décadas, pues las redes sociales la revivieron al promover sus diferentes aportes y motivar a mujeres y niños a sumarse a las Cuadras integradas a una asociación o que de forma libre se unen a la tarea de preservarla, al representar trabajo, amor y dedicación, pero sobre todo da identidad a México y por ende a Cholula.
La historia de México se hizo a caballo
Portando el traje de faena compuesto por un pantalón de tela de algodón, botines, camisa, una chaquetilla y el sombrero de palma, Luis Rafael Campos Armendia, presidente de la Asociación de Charros Regionales de Cholula, dice que en 1968 nació en el municipio la primera organización con registro federal, de nombre Camino Real de Cholula, misma que contaba con un lienzo situado en ese momento a un costado de la Gran Pirámide, donde históricamente han estado los límites territoriales entre San Andrés y San Pedro Cholula.
Fue en la década de los 80 cuando se desintegró, pero diez años después resurge la que actualmente encabeza, ahora vigente con 90 agremiados, quienes, a pesar de no contar con un ruedo, han buscado los mecanismos para continuar con sus actividades.
Recuerda que antes de la pandemia, el señor José Campos, su tío, prestaba un predio de la cabecera municipal que servía como lienzo, pero por cuestiones personales la situación cambió y ahora se busca un nuevo espacio.
Se requiere de una inversión importante para contar con un lugar de estas características. El líder estima que más de dos millones de pesos deben destinarse para cubrir esta necesidad, al aceptar que cada vez se agotan más los espacios para los caballos derivado del crecimiento urbano.
“En 1968, a nivel nacional se promovía la cultura y se pidió a los ayuntamientos del país proponer la cultura de sus municipios y en San Pedro Cholula un grupo de personas, donde estaba don Hilario Espinosa, Juan Blanca y Wilfrido Cuevas, así como mi abuelo, decidió formar la primera asociación con registro; en ese entonces la charrería no era un deporte, sino una forma de vida de la gente dedicada al campo y al ganado, que promovía la convivencia familiar y las cabalgatas”, detalla.
A lo largo de los años, señala que esta práctica ha tenido bajas y altas. Un escenario poco favorable se presentó en el año 2000, cuando menos de 25 charros estaban anotados en este municipio, pero tras la llegada de las redes sociales vinieron cambios que cuadruplicaron la cifra.
“Antes del cambio de milenio ya no se difundía, solo había un programa dominical en televisión abierta llamado Charrería lo Nuestro, pero en ese entonces las chicas ya tampoco tenían interés de ser escaramuzas y los chicos de ser integrantes, pero llega el internet y genera una revolución, porque la gente empieza a compartir videos y a interesarse e integrarse en esta actividad, que es un gusto de tipo cultural”, subraya.
Trajes desde cinco mil hasta más de 100 mil pesos
Ser charro, expresa el presidente de la Asociación de Charros Regional de Cholula, va más allá de un gusto, al ser una forma de vida.
El caballo es el principal elemento al conformar el binomio de esta disciplina, aunque también da un especial lugar a la vestimenta, donde una persona puede gastar desde cinco mil hasta 100 mil pesos.
Son cuatro categorías de trajes existentes en el mundo de la charrería: traje de faena, de media gala, gala y gran gala.
Al desglosar las generales de cada uno de ellos, Luis Rafael Campos Armendia proporciona datos del traje de Faena, mismo que porta al momento de esta entrevista y el cual califica como el más sencillo, aunque la inversión llega a los cinco mil pesos. El pantalón debe ser de tela de algodón o gamuza, incorpora botines, una camisa, una chaquetilla y un sombrero de palma.
El de Media Gala consiste en portar ya un traje completo, cuyo valor económico es superior a 10 mil pesos, donde el sombrero es de fieltro o pelo de conejo, incluye corbatines bordados a mano y botines tradicionales.
Continúa el de Gala, que incorpora un traje completo cosido a mano, botonaduras que pueden ser de plata o imitación y sombrero de fieltro, donde la inversión para tener uno rebasa los 30 mil pesos.
El último es el de Gran Gala, donde las costuras y botonaduras, así como estampados que lleva el traje completo y el corbatín, pueden de ser plata u oro, mientras el sombrero y los botines pueden llevar detalles más sofisticados y donde los precios son arriba de los 50 mil o 100 mil pesos, dependiendo el metal incluido en su elaboración netamente artesanal.
“Para mí es un orgullo portar este traje que nos representa a nivel internacional, hoy la visión del charro ha cambiado, antes en las películas o corridos musicales pintaban a los charros como machistas, jugadores o borrachos, pero esta actividad ya evolucionó, porque ahora el charro es un caballero respetuoso de esta tradición, representa la imagen de la cultura de México”, concluye.
Falta de voluntad gubernamental
Desde un encuentro de agremiados, Jorge Salvador Ortega, integrante de la Asociación de Charros Regional de Cholula, resalta la importancia de que esta agrupación tenga 54 años de fundación y en ese entonces 14 habitantes materializaran este hecho vigente en la historia del municipio.
No obstante, enlista escenarios que hoy desafían a la charrería y con ello el legado cultural que representa.
En San Pedro Cholula no hay un lienzo donde practicarla y también ya quedan pocos espacios para los equinos, animales que requieren de éstos para tener una vida digna.
Al igual, habla de lucha emprendida por los ambientalistas y protectores de animales, quienes aseveran que hay maltrato en este deporte nacional, cuando “no es así, pues no podemos dañar a lo que más queremos, los caballos, que son nuestros amigos y acompañantes y no herramientas o implementos”.
“Cuando se tira a las yeguas o las reses son para marcarlas o curarlas, pero jamás para lastimarlas, pero mucha gente desconoce y dice que nosotros golpeamos, maltratamos, hostigamos o fastidiamos a los animales, pero no es así”, reitera.
También habla de la falta de inversión pública en apoyo de esta costumbre mexicana, porque los tres niveles de gobierno no apuestan por crear espacios públicos donde las nuevas generaciones se involucren. Se apoyan otras disciplinas, pero no la charrería, porque piensan que quienes pertenecen a este gremio tienen solvencia económica al comprar un caballo y por ende para costear otros gastos, cuando la situación es diferente.
“Nos hace falta voluntad gubernamental porque hay afición tanto en San Andrés como en San Pedro Cholula y en otros puntos de Puebla y en la zona metropolitana bien podría construirse un lienzo intermunicipal; los que se tienen son privados y el único público existió en la zona donde hoy está la Secretaría de Finanzas, pero desapareció desde hace mucho tiempo; ojalá pudiéramos tener el apoyo de las autoridades, que volteen a ver lo que está pasando, hablan de abatir la inseguridad y adicciones, de recomponer el tejido social, pero no apoyan lo que deben apoyar”, remata.
Sobre la importancia de la charrería, Jorge Salvador Ortega puntualiza que el mejor sinónimo que la define es “trabajo”.
Indiscutiblemente, admite que hay profesionales en el área, aquellos que dominan las distintas facetas ecuestres, pero defiende lo existente antes de ellos, como eran los “xinacos”, hombres aguerridos montado a caballo que realizaban labores agrarias, ganaderas y de vigilancia del territorio, donde la mayoría era hábil para el chicote y la reata.
Cuestionado sobre cómo ve la disciplina dentro de unos 30 años, el charro contesta: “espero que se vea mucho mejor, ahorita es buena señal que hay 900 agrupaciones en todo el país y eso da certeza de que, por gusto, va a continuar”.
La charrería es una disciplina familiar
Mientras montaba, Fernando Jiménez, representante de la Cuadra Campestre Los Caballos, indica que afortunadamente ahora hay más niños, mujeres y hombres, así como familias enteras interesadas en mantener viva esta tradición, que ahora es deporte nacional.
“Somos 22 personas quienes formamos esta Cuadra, entre familias, niñas, niños y mujeres, gracias a Dios estamos incrementando el equipo de cabalgantes y pues nos faltan muchas cosas, una de ellas es un lienzo, pero nos damos ideas para seguir practicando la charrería, donde en mi caso llevo 27 años de mi vida en esta disciplina”, expresa.
Añade que San Pedro Cholula aún cuenta con espacios, pero la falta de apoyos frena cualquier intención de obra.
No obstante, invita a la población y a las familias a sumarse a esta comunidad y preservar la identidad de México.
Pensión para caballos
Desde la pensión San Rafael, ubicada a un costado de la zona de la Gran Pirámide de Cholula, Rafael Sánchez Falos comparte cómo nació la idea de crear un lugar destinado al cuidado de los caballos, en apoyo de aquellas personas que tienen gusto y amor por ellos.
Con orgullo expresa que es charro desde que se encontraba en el vientre de su mamá, pues toda su familia tiene afición por este espectáculo popular y así fue como destinaron este lugar, donde es admitida toda la gente de a caballo, sin distingo alguno.
Esta pensión tiene 30 caballerizas y al igual que muchos de sus compañeros, comenta que inculca en sus dos hijas las actividades ecuestres.
Califica como una de las mejores experiencias de su vida el atestiguar el nacimiento de las yeguas o los equinos, conocer las historias de los que llegan a la pensión y también contribuir a dar una mejor vida a aquellos ejemplares que vivieron maltrato.
“Yo voy más allá, un caballo por más bronco que sea debe ser respetado, ellos se hacen a uno, no nosotros a ellos, y deben tener amor y cariño, es un ser pensante y pueden vivir muchos años, en mi caso tuve una yegua que vivió 28 años y la despedí con nostalgia, porque este tipo de animales no merecen echarse al kilo como se dice, no merecen ese tipo de suerte, son seres vivos y merecen respeto”, precisa.
Desde un ruedo marcado en su pensión, subraya que nació charro y morirá charro. Hoy tiene 45 años de edad y alerta que en unos 30 años habrá menos agremiados, pero confía en que sus hijas sigan sus pasos. “Esto muere hasta que se acaba”, reafirma.
Sobre la alimentación de un equino, explica que el presupuesto mensual para abastecer este apartado es diferente. Depende de la dieta marcada por cada propietario, aunque parte de los tres mil pesos por mes, más gastos de atención veterinaria.
Cholula fue locación de una telenovela
El también empresario local cuenta una anécdota que tuvo lugar en su pensión, ya que hace unos años fue sede de locación de la novela “Fuego en la Sangre”, protagonizada por las actrices Adela Noriega, Elizabeth Álvarez y Nora Salinas, así como los actores Eduardo Yánez, Jorge Salinas y Pablo Montero, quienes llegaron hasta San Pedro Cholula para grabar algunas escenas.
“Aquí se filmó, tenemos foto de este hecho y fue una experiencia que tenemos presente, porque vimos reflejados nuestros deseos y sentimientos, de ver cómo la charrería se promocionaba desde Cholula, hecho que seguimos impulsando cada día desde este municipio, que es San Pedro Cholula”, finaliza.