De Noticias de México – El Sol de Puebla

En 1996 se impartía la clase de Agencias de Información en la escuela de Ciencias de la Comunicación de la Upaep. El programa incluía, entre otras, la revisión de la Agencia Mexicana de Noticias Notimex como la agencia noticiosa del estado, con organización regional, cobertura nacional y el sello de “oficial”. La discusión entonces se centraba en la objetividad de sus cables, sus emisiones.

Su origen se remonta a 1968 como dependencia de la Secretaría de Gobernación, para la celebración de los juegos olímpicos; luego, en 2006 se convertiría en Agencia de Noticias del Estado Mexicano administrada por una junta de gobierno formada por representantes del Estado: Secretaría de Educación Pública, Secretaría de Gobernación, Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Secretaría de Relaciones Exteriores, Instituto Federal Electoral y de los trabajadores sindicalizados de Notimex; más dos representantes del Consejo Editorial Consultivo. Para 2019 las corresponsalías eran también a nivel internacional, en América Latina y Europa.

Con 18 directores generales, la agencia llevaba a cuestas su mandato: “Contribuir al desarrollo de la democracia y la imagen de México en el extranjero, mediante la cobertura noticiosa del ámbito nacional e internacional, para promover el derecho al libre acceso a información plural y oportuna, bajo los principios de veracidad, imparcialidad, objetividad, pluralidad, equidad y responsabilidad”. Pero, claro, era la mirada del Estado la que se difundía. Con Sanjuana Martínez Montemayor como directora general, la agencia cumplía 3 años en huelga por desacuerdos en el contrato colectivo y el despido masivo que inició a su llegada, el 21 de marzo de 2019.

Su línea editorial era la opinión del Estado mexicano, era la mirada oficial de la información que publicaba. Los que revisamos la información durante los 90 y la primera década del siglo XXI, sabíamos que era la voz oficial. La ventaja era que se podía saber la orientación de las acciones de gobierno, de cada una de sus oficinas, y para los medios independientes había una base de información gubernamental también.

Los coordinadores de prensa de instituciones y organismos privados sabían que invitar a Notimex para cubrir conferencias de prensa era un pase de información a medios nacionales, o un bloqueo, también. Desde la academia se fraguaban metodologías para el estudio de la comunicación, del análisis de información, y también se vivió un boom para la incorporación de Licenciaturas en Ciencias de la Comunicación; si bien ya existía la prestigiosa Escuela de Periodismo Carlos Septién García fundada en 1949 con auspicio de la Acción Católica Mexicana de la que se independiza en 1966.

¿Era una corruptela? ¿No servía para nada? ¿No hace falta? Son preguntas al aire que no tienen una respuesta sencilla. Lo cierto es que, a cuenta del erario, la parálisis de este organismo había llegado a su límite porque la obligación del Estado es brindar información a la sociedad. Un desacuerdo entre el SUTNOTIMEX y la Dirección General. El tiro de gracia a Notimex vino desde presidencia, pero antes, la última directora había dinamitado por dentro un esquema de comunicación del Estado, la huelga habló de ello. No tuvo la capacidad de remontar el problema de por sí grave que representaba la pandemia; las alternativas de la comunicación y de la información requerían de mayor empuje e imaginación para impulsar el potencial de una agencia nacional.

Al paso del tiempo, las nuevas Tecnologías de la información y la comunicación (TICs) se abren como abanico para la difusión informativa, pero el tema sigue en pie: la objetividad de informar y comunicar la verdad de los hechos. La nueva era de la comunicación postpandemia llegó pero el trabajo de la comunicación y el periodismo no tiene suplencia.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP y secretaria de Membresías. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com

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