En México hay un sistema de justicia colapsado, que apenas y sanciona el dos por ciento de los delitos cometidos en todo el país. Atiborrar las cárceles y elevar las condenas a números absurdos resultó inútil y, por el contrario, favoreció la corrupción. En esto coinciden académicos durante la conferencia “La realidad del país”, realizado en el Diálogo Nacional por la Paz.
Previo a esta conferencia, se realizó un recorrido por diversas comunidades del país para recolectar las voces de otros sectores sociales en torno al fenómeno de inseguridad. “Hay un miedo profundo que a penas les permite sobrevivir”, condenó Elena Azaola Garrido, doctora en Antropología por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).
Junto con más académicos, Azaola Garrido observó que la inseguridad provocó una limitación en el desarrollo de las capacidades de miles de personas, dañó lazos familiares y, lo más preocupante, hubo una pérdida de la confianza en las autoridades, aseguró.
No podemos esperar a que llegue el candidato perfecto al poder, es necesario realizar acciones desde abajo, sostuvo Jorge Atilano González Candia, encargado del Sector Social de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús. Es notorio el control que el crimen organizado tiene sobre los tianguis, los bosques y las instituciones de procuración de justicia, afirmó.
El crimen logró dañar estos espacios porque encontró un aliado en el gobierno y porque descubrió que la violencia resultó ser una ventaja para controlar a los más vulnerables, explicó.
“Tenemos un gobierno desbordado y necesitado de otros actores para atender la situación de violencia, de desamparo, el sistema de justicia necesita con urgencia un nuevo diseño”, dijo.
México, un país con miles de víctimas
Si en México decidieran guardar un minuto de silencio por cada persona que, durante los últimos 15 años, fue víctima de desaparición forzada u homicidio, el país estaría en silencio durante un poco más de año, sentenció Elena Azaola.
En este periodo han sido asesinadas cerca de 450 mil personas y han desaparecido 111 mil en todo el país. Para honrar la memoria de cada uno de ellos, se debe estar en silencio por 389 días, lamentó.
Estas muertes no solo dan cuenta de la impunidad del Estado o de la falta de procuración de justicia, también reflejan el desdén de la ciudadanía para involucrarse en la restauración del tejido social en México, aseguró.
“La convocatoria de hoy es para darnos cuenta que los ciudadanos también son responsables de esta ruptura, porque no han sabido poner un alto a la violencia y poner encima de cualquier cosa la vida de todos”, sostuvo.
Por esto, los académicos hicieron un llamado a las autoridades para remodelar el sistema de procuración de justicia, de dejar de lucrar con este derecho y a simplificar los procesos de atención a las victimas para sí atender el problema. “Estamos ante un sistema que se volvió complicado, que lo único que favorece es la corrupción”, concluyó Jorge González.