El agua se agota en Nealtican, pobladores advierten escasez severa – El Sol de Puebla

Nealtican es un municipio de Puebla donde el agua se agota y sus pobladores alertan que en la próxima década vivirán una escasez más severa, ante la sobreexplotación de los mantos acuíferos, que de día y noche se realiza en el territorio para enviar el recurso a la capital del estado.

Afirman que antes de 1994 el líquido era encontrado a menos de 50 metros de profundidad, pero hoy deben excavarse 200 para hallarlo. También de ese año a la fecha han visto cómo pozos artesanales y de uso agrario se secaron por bajos niveles.

Hoy la falta de agua está presente en sus hogares, ya que tienen el servicio por horas, ya no por días como antes sucedía, y en algunas zonas ya se adquiere vía vehículo-pipa.

Refieren que esta lamentable historia que hoy viven inició con la “batalla del 4 de mayo de 1994”, cuando el pueblo protestó contra el Proyecto Nealtican, impulsado por el entonces gobernador Manuel Bartlett, el cual comprendía la perforación de 15 pozos profundos para mejorar el suministro en la capital.

Ante la oposición, fue hasta octubre del mismo año cuando autoridades estatales, a través del Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla (Soapap), arrancaron la excavación del primero de sólo cinco avalados por un pueblo, que se vio obligado a hacerlo tras la detención de 18 habitantes y la “traición” del ayuntamiento de ese entonces.

Irónicamente, aseguran que hoy Nealtican sigue abasteciendo polígonos del municipio más grande del estado, pero muestra incapacidad para optimizar esta prestación a sus 15 mil habitantes y apoyar a los campesinos de las dos mil hectáreas para obtener cosechas más fructíferas.

Pese al escenario desalentador, dicen que autoridades estatales y locales quieren perforar otro pozo, que, de concretarse, lo defenderán para las familias de la zona y no para las del exterior, pues de no hacerlo “vamos a llorar como niños lo que no supimos defender como hombres”, además de que ya no permitirán que se lleven un litro más.

En torno a la problemática, el maestro del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga de la Universidad Iberoamericana de Puebla, Jerónimo Chavarría Hernández, precisa que este lugar del estado poblano no es el único que padece la falta de líquido, sino toda el área urbana y conurbada, y de hecho cada vez se pondrá más grave el asunto.

“Extraemos más y más rápido de lo que se pueden recargar los mantos acuíferos y entonces eso nos está llevando a que se tenga carencia”, puntualiza.

Ridículas, las promesas oficiales

En la vivienda donde creció, Pedro Castro Grande comenta que fue el primer habitante en enterarse que el agua de Nealtican se iría a la capital del estado, debido a un rumor iniciado en 1992, dos años antes de concretarse el proyecto.

Para ese entonces era juez de la sociedad Benito Juárez, uno de los pozos agrarios, hoy extinto, por el presagio que desde hace dos décadas comenzó a cumplirse.

“Fueron unos ingenieros que nos dijeron que en el municipio se perforarían 15 pozos, que iban a estar dentro de los nuestros, pero que no nos preocupáramos, porque hasta los 10 o 15 años se empezarían a bajar los mantos acuíferos y efectivamente eso pasó, a los 10 disminuyó la cantidad en nuestros hogares y vimos cómo los artesanales ya no tenían ni una gota, lo mismo pasó con el pozo agrario que representaba”, recuerda.

Nealtican, en los últimos 29 años, dota de líquido a la ciudad de Puebla y no es el único de la región, pues está San Pedro Cholula y Tecuanipan, donde en el primero ya se secó su emblemático manantial y en el segundo un ameyal, por la misma razón.

Donde antes veíamos agua hoy hay sitios desérticos y conforme pasa el tiempo es menor la disponibilidad de este recurso para consumo humano.

“Ya hemos visto reducir el recurso drásticamente y la prueba es este pozo que era de mi papá, donde él rascó solo 20 metros y había, hoy ya no hay nada”, reitera.

Cuestionado sobre el número de pozos en el territorio, subraya que es un tema donde no hay suficiente información, pero comparte datos obtenidos en las últimas tres décadas. El Soapap excavó los cinco pozos profundos que hoy tienen 200 metros, pero uno ya se secó. El ayuntamiento, antes de 1994, operaba dos y ahora tiene cuatro, pero dos tienen problemas por bajos niveles pese a tener 120 metros de profundidad y aun así no tenemos un buen servicio. Todos los artesanales, que abastecían los hogares antes de la implementación de la red, hoy no existen, y de los 13 pozos agrarios sólo continúan diez, pero funciona entre un 50 al 70 por ciento de su capacidad.

Sobre las promesas que el gobierno estatal hizo a la población por el “intercambio”, Pedro Castro afirma que fue “algo tan ridículo” porque hicieron la carretera, que era un paso que tarde o temprano lo harían por temas de movilidad y en lugar del hospital prometido construyeron una clínica que actualmente carece de medicamentos y suficiente personal médico.

Se suma el levantamiento de un módulo de vigilancia, cuya sede fue apropiada por un particular.

El poblador sentencia que “a mediano y largo plazo definitivamente se va a sufrir más este faltante, porque no estamos dando importancia a los síntomas de la naturaleza, no solo estamos sobreexplotando todos los mantos acuíferos, no hacemos nada para recuperarlos, absolutamente nada (…) no vamos a permitir que se lleven un litro más con la perforación de otro pozo en el municipio, porque ahora es para nuestros hijos y nietos, ya estuvo bueno de que el pueblo no tenga nada y los presidentes municipales sean los que ganen con esto”.

Preocupación colectiva

Maximino Romero y Quirino Tlaltepa son agricultores y jefes de familia de la zona. Al opinar de esta problemática coinciden que no sólo afecta los hogares, sino el campo, que es la actividad que ejerce el 90 por ciento de la población, dedicada a la producción de maíz, frijol, cebolla, tomate, jitomate, lechuga, rábanos, espinacas, col, calabaza, brócoli y calabaza, así como de flores.

“Nuestros pozos artesanales ya no dan agua y eso nos afecta en general y nuestro gobierno no hace nada y nadie hace nada y así como vamos seremos un pueblo fantasma, porque si no hay este recurso, no hay vida (…) nos cae un hilito cuando abrimos la llave, ya es precario el servicio y muchos de mis familiares ya la compran, ya el problema es enorme”, expone Maximino.

Manifiesta que, antes, la jurisdicción con dos pozos daba un abasto diario a todas las familias, pero esto sucedió antes de la excavación de pozos profundos, cuando éramos ocho mil habitantes, pero ahora con cuatro sólo da dos o tres horas de forma terciado.

“Nos han quitado como un 80 por ciento del suministro que teníamos, nosotros estamos dando, pero nos estamos quedando sin ella”, lamenta.

En tanto, Quirino Tlatepa se pronuncia porque el gobierno del estado volteé a ver lo que pasa en el territorio, porque de no intervenir con acciones, en un futuro se estará peleando por este líquido.

Pide que la autoridad aplique programas para apoyar la recarga de los mantos acuíferos y evite el uso del concreto hidráulico o asfalto en las calles, porque eso no permite infiltraciones de la obtenida por las lluvias.

“Este tema se ha calificado como privado, con información oculta y desafortunadamente nos perjudica a todos, porque al rato ya no vamos a tener para tomar, pues ya no hay agua”, alerta.

Defensa desde 1994 a la fecha

Francisco Castro es un integrante del Comité Ciudadano de Nealtican, agrupación que tiene presente la defensa del agua y que, a lo largo de este año, en tres ocasiones ha exigido explicaciones al presidente municipal, Germán Torres, sobre su escasez y el destino que tendrá un pozo en planes de perforación.

Al mostrar una fotografía de 1994 explica cómo fue la defensa del pueblo para evitar los pozos profundos, hecho que es conocido como “la batalla del 4 de mayo”, porque ese día protestaron en la ciudad de Puebla, pero eso dejó detenciones de varios habitantes y amenazas para otros.

Desde su trinchera y previendo el escenario que se avecina, ya que en pocos años se tendrá menos, señala que las autoridades deben apostarle a la recarga de los mantos acuíferos, a través de la reforestación, la captación pluvial y su cuidado.

“Sabemos que el agua es nacional, pero a nosotros nos tocó vivir en este pueblo que está aportando millones de litros para el municipio de Puebla y se debe voltear a ver lo que sucede aquí, donde ya hay escasez”, expresa.

Añade que la extracción desmedida no es el único problema en la jurisdicción, sino también la tala de árboles del monte conocido como “pedreguera”, donde hay efectos secundarios, como la pérdida de flora y fauna endémica.

“Se deben hacer trabajos de reforestación, porque varios de los árboles que tenemos están enfermos y otros están siendo talados, y se necesitan muchas acciones para enfrentar y mermar lo que ya se vive”, concluye.

Ya hay crisis, dice especialista

El maestro del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga de la Universidad Iberoamericana de Puebla, Jerónimo Chavarría Hernández, alerta que cada vez se a poner más grave el asunto y no solo en este municipio, porque ya varias zonas de Puebla sufren la escasez de agua, que es un fenómeno global.

“Obviamente en aquellos lugares donde de por sí el agua ya falta, se va a poner peor y prácticamente se debe a la sobreexplotación de los mantos acuíferos, algo similar pasa en la ciudad de México, porque ésta no se abastece de sus propios acuíferos, las autoridades tienen que transportarla de otros lugares”, abunda.

El catedrático atribuye que actualmente la recarga de las fuentes naturales es en menor velocidad a la que se extrae el líquido, es decir se extrae más y más rápido y eso lleva a que el suministro sea menor.

Enlista acciones que deben realizarse para cuidarlo, entre ellas, conservar la vegetación, como son bosques, pues favorecen la infiltración. Otra es la implementación de los sistemas de captación de lluvia. También se deben considerar otros métodos de pavimentación de vialidades, porque el concreto hidráulico no apoya la recuperación de los mantos.

Una más, es evitar la contaminación del mar, ríos, lagos y lagunas. Al igual, se debe apostar a la reforestación de los bosques.

“Ya algunas de estas acciones se implementan en varios lugares, pero falta mucho más por hacer”, subraya.

Añade que hoy se vive una crisis por agua que tiene ciertas características, porque ya se ven “tandeos” en el servicio, cuando hace tiempo no existían.

“En mi caso, obtengo el recurso dos veces a la semana y esta situación se va a poner peor de lo que ya está. Urge tomar medidas, mismas que debieron tomarse desde cuando. Todavía estamos a tiempo, pero lo más importante es hacer conciencia de lo que ya se vive y de que no debemos desperdiciar este líquido y ayudar con la recarga de los mantos”, finaliza.

Enlace a la fuente

© Copyright 2022 En Puebla