El sistema de telesecundarias es obsoleto, a medio siglo de su creación – El Sol de Puebla

Obsoleto y sin cumplir con el objetivo para el que fue creado hace ya más de 50 años es como opera el sistema de telesecundarias en territorio poblano, en el que los televisores dejaron de ser utilizados por los alumnos y en ocasiones no existe señal satelital para acceder al contenido que, en teoría, debe garantizar una educación de calidad.

A esta problemática se suma la precariedad de las instalaciones de las telesecundarias, pues carecen de bibliotecas, laboratorios, aulas multiusos y centros de cómputo.

Las telesecundarias se crearon en 1968, durante el gobierno del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, con la intención de brindar educación de calidad con apoyo de la televisión a jóvenes de escasos recursos, en poblaciones con menos de 2 mil 500 habitantes, zonas marginadas o de difícil acceso.

Rodolfo Cruz Vadillo, profesor investigador de la Facultad de Educación de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), precisa que este modelo ofrece una educación precaria que sigue reproduciendo la desigualdad.

“La telesecundaria hoy ya no es suficiente porque se sigue reproduciendo la desigualdad educativa, es decir un chico que nace en condiciones de pobreza va a una escuela pobre donde aprende menos, les estamos dando una escuela empobrecida”, comenta.

Explica que en la mayoría de los planteles los televisores ya no se prenden o en el mejor de los casos son utilizados como proyectores, además de carecer de otros espacios para su aprendizaje.

Ariadna Martínez García, académica de la Universidad Iberoamericana campus Puebla, expone que las telesecundarias tienen deficiencias en infraestructura y equipo que ponen en desventaja a los alumnos que recurren a este modelo educativo.

No obstante, se mantiene optimista al señalar que han sabido adaptarse a los tiempos, pero que se requiere fortalecer el perfil docente pues son ellos quienes llevan la batuta.

De acuerdo con información de la Secretaría de Educación Pública (SEP), en el ciclo escolar 2022-2023 la matrícula era de 337 mil 866 estudiantes en el último nivel de educación básica, de los cuales 130 mil 538 estaban registrados en la modalidad de telesecundaria, es decir el 38.6 por ciento de ese total.

Además, se registraron mil 429 planteles públicos pertenecientes a esta modalidad en el territorio estatal, pero el reporte no especifica sus condiciones.


Sin instalaciones dignas para el estudio

Cruz Vadillo critica que la estructura de la telesecundaria es igual a la de educación preescolar o primaria, pues se limita a tener un salón de clases y un docente por grupo, cuando en realidad requiere de otros espacios para el desarrollo y esparcimiento de los estudiantes.

Los planteles tienen carencia de mobiliario e infraestructura, pues no hay laboratorios ni bibliotecas, tampoco aulas multiusos, centros de cómputo y mucho menos tienen conexión a internet y en algunos casos no hay señal. También carecen de un techo para hacer actividades al aire libre, materiales para su clase de artes e incluso sanitarios dignos.

Angélica Espinosa, quien se desempeña como docente y directora del plantel de la comunidad de San Jerónimo Zoyotitlanapan, en el municipio de Juan N. Méndez, a dos horas y media de Puebla capital, platica que en las dos aulas (una para primero, otra para segundo y tercero porque comparten clase) cuentan con aparatos de televisión, pero son antiguos, lo que significa que tienen baja definición, así como una estructura ancha y pesada, además de que la zona geográfica les impide recibir la red satelital con la que se pretenden transmitir los programas educativos, por lo que desde hace poco más de cinco años no la han encendido.

Frente a esta carencia, se ha optado por contratar servicio de internet, que paga el municipio a solicitud de los padres de familia, y descargar algunos videos de otras plataformas digitales para poder complementar la educación de los alumnos.

“Aunque se tiene el codificador y las televisiones, desafortunadamente no llega la red como debería. Lo que nos está ayudando es el internet y para eso tenemos que contar con conexión, una pantalla o un proyector”, resalta.

Agrega que el poco mobiliario con que cuentan lo tienen gracias a donaciones de padres de familia o el premio de algún concurso de hace algunos años. Reconoce que no tienen un laboratorio para hacer las prácticas que dictan los libros, ni un centro de cómputo, pues actualmente cuentan con seis máquinas que “medio funcionan”.

“Tenemos clase de cómputo, pero la realidad es que son pocas computadoras ya viejitas que medio funcionan y obviamente no alcanza para todos los estudiantes, además de que su sistema operativo es antiguo y no descarga el material o es muy lento”, relata.

En lo que respecta a la infraestructura, dice que necesitan un techo para hacer actividades al exterior, ya que exponer a los alumnos a estar bajo el rayo del sol es inhumano. Tampoco cuentan con una red de drenaje, lo que provoca no tener acceso a sanitarios dignos y están obligados a recurrir a otros métodos, como las fosas sépticas.


“Un techo nos hace falta porque en la región hace mucho calor y los chicos no pueden hacer actividades. Tampoco tenemos sanitarios porque no hay red de drenaje y en su lugar tenemos fosas sépticas. Una ya está llena y cuando hace calor desprende olores que también pueden causar problemas de salud con los alumnos”, subraya.

La situación se replica en el plantel de la localidad de Zamarrilla de Álvaro Obregón, ubicada en la misma demarcación territorial. Aunque aquí el espacio es más amplio, las carencias son similares.

De acuerdo con el director Efigenio Rodríguez, que lleva 23 años en la escuela, la televisión no es una opción para dar clase. Con todo y que los aparatos son más modernos que en la primera telesecundaria, la falta de señal en la zona les niega el acceso a los programas educativos y las televisiones funcionan como simples proyectores del material que el docente trae preparado desde sus casas, pues no cuentan con servicio de internet.

“Poco a poco se han ido mejorando las instalaciones, pero hace falta mucho en nuestras escuelas telesecundarias. Una de nuestras carencias es la señal de internet. Hace cuatro años se contrató el internet, pero es muy difícil que lo puedan pagar los papás y el gobierno municipal colocó uno, pero no llega hasta acá”, dice.

Recuerda que en el sexenio del presidente Vicente Fox Quesada (2000-2006) les prometieron equipar las aulas con computadoras individuales y laboratorios con utensilios, situación que hasta la fecha no se ha materializado.

Rodrigo, alumno de segundo de secundaria, también se suma a la petición de mejorar la infraestructura del plantel: “Que tuviéramos un techo en el patio y unas canchitas para jugar fútbol porque luego los lunes estamos bajo el rayo del sol y es muy incómodo”.

Mientras que Mariana y Lucero piden tener una computadora para poder encontrar información sobre temas que en la escuela no logran entender. “Hay veces en que nos vamos a casa con algunas dudas y si tuviéramos unas computadoras para investigar, pues sería mucho más fácil para nosotros poder buscar más ejemplos”, coinciden.

En Coyotepec, municipio colindante, aunque las instalaciones son más amplias, cuentan con servicio de internet, techado, sanitarios y aulas dignas, así como con más de tres docentes y un directivo. Aquí indican que les hacen falta aulas con otro tipo de equipamiento para mejorar sus clases, así como más recursos para poder realizar actividades extracurriculares.

A decir de la docente Sandra Vargas, un aula multiusos les ayudaría a impartir la materia de artes, pues actualmente carecen de materiales para que los jóvenes puedan desarrollar sus habilidades.

Incluso, señala que los alumnos tienen permiso para vender frituras y dulces para obtener ingresos y así poder comprar algunos materiales para actividades o realizar viajes recreativos.

Docentes también son administrativos y personal de limpieza

De acuerdo con la académica Martínez García, los docentes no se encargan de una materia sino de un grado completo y, en ocasiones, también les toca impartir asignaturas en las que no son expertos, por lo que se ven obligados a autoeducarse para sacar adelante al grupo.

Uno de los docentes del plantel es además responsable del centro y los servicios, es decir, encargado del control escolar, organización de eventos internos, así como la limpieza de las aulas, sanitarios y de los otros espacios con los que cuentan, pero algunos se apoyan del comité de padres de familia.

Según Rodolfo Cruz, de la UPAEP, la mayoría de los encargados no están capacitados en gestión directiva, por lo que se deben organizar como puedan y resolver con los recursos que tiene a su alcance.

“Tenemos un problema de falta de recursos, tanto de capital humano como de la infraestructura en general. El gran problema es que hay un profesor que atiende a todas las disciplinas, pero no son expertos y llega un momento en que necesitamos cierta expertise”, considera.

A pesar de las limitantes, reconoce que es gracias a los profesores que este modelo educativo sale adelante, pues los docentes buscan por su cuenta materiales para poder impartir las clases.

Según la información pública de la Secretaría de Educación Pública (SEP), durante el ciclo escolar 2022-2023 existieron 269 planteles con sólo un docente que atendía de uno a tres grupos, además de desempeñar otras labores, como control escolar, directivo, personal de limpieza, por mencionar algunos.

Angélica es un ejemplo de ello, pues explica que su telesecundaria es bidocente. Ella atiende el primer grado y la dirección, mientras que el otro profesor orienta a jóvenes de segundo y tercer grado, quienes comparten clase. “Aquí soy la encargada de control escolar, en ocasiones también toca hacer de psicóloga, enfermera, hacer de todo para que los chicos estén bien”, reconoce.

Aunque es consciente de que es mucho el trabajo que realiza, dice que esto le permite tener una cercanía con los estudiantes y sus familias, situación que agradece y califica como recompensa.

“Estar en una telesecundaria sí representa hacer un gran trabajo, tenemos que buscar información por nuestra cuenta, también somos psicólogos, mamás y muchas cosas, pero ser un solo docente para todo un grupo permite que podamos ser más cercanos con los chicos y eso no pasa en una secundaria general”, declara.

Martín, profesor de telesecundaria en el municipio de Tlahuapan, manifiesta que a todos en algún momento les toca impartir asignaturas de las que no dominan el tema. Cuenta que por más de una década estuvo a cargo del tercer grado de secundaria, pero recientemente lo cambiaron a segundo, situación que lo puso en apuros.

“Me acaban de pasar de tercero a segundo de secundaria y se me dificulta un poquito Física porque siempre había dado Química, entonces tengo que investigar para poder dárselo a los muchachos”, confiesa el docente.

Eleazar Castillo, supervisor escolar de la zona 13 de las telesecundarias, a la que pertenece Coyotepec, reconoce que la labor de los docentes es una tarea “titánica”, pues con sus propios recursos tienen que resolver las necesidades de los alumnos.

Al mismo tiempo, afirma que la precariedad en las instalaciones educativas se replica en la mayoría de las telesecundarias a su cargo, aunque no especifica cuáles son, y reconoce que las autoridades los han dejado en el abandono.

“Esta zona no está totalmente atendida en cuanto a infraestructura. Falta equipamiento completo para que los maestros tengan las herramientas necesarias para poder trabajar. Ellos se valen de donaciones o gestiones de autoridades locales para poder obtener lo que les hace falta”, dice.

¿Cuál debería ser la estrategia?

Rodolfo Cruz, docente de la UPAEP, considera que urge un incremento de recursos económicos para renovar el modelo educativo, dejar de apostar por la televisión y apoyarse de otras plataformas que sean aptas para las zonas marginadas. “Hace mucho que no se trabaja con la televisión, no es suficiente que se ponga una tele y pensar que el estudiante lo está siguiendo, requiere de otros apoyos que les permita aprender”, afirma.

Añade que hay que apostar por docentes por disciplina, garantizar instalaciones adecuadas, lo que se traduce en aulas, sanitarios, bibliotecas, laboratorios, centros de cómputo, salones de usos múltiples y otros espacios dignos.

El académico explica que la apuesta del gobierno federal, la emisión de becas, no resuelve el problema de la calidad educativa, pues los jóvenes siguen asistiendo a instituciones precarias y no están recibiendo la educación que requieren. “Una beca no está relacionada con mejor aprendizaje, posiblemente únicamente con la permanencia (en la escuela)”, argumenta.

Ariadna Martínez, académica de la Ibero, señala que se requiere fortalecer el perfil docente y con ello mejorar la formación de los alumnos para atender la diversidad de situaciones que los rodea y otorgar experiencias educativas significativas.

El Sol de Puebla buscó la postura de Ramiro Aguilar Hernández, director de Telesecundarias de la Secretaría de Educación Pública del estado, pero al cierre de esta edición no se obtuvo respuesta.

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