En Puebla, personas en situación de calle van en aumento – El Sol de Puebla

Una mujer con aspecto descuidado consume un poco de huevo y alcohol sentada en la acera de la Avenida Reforma, su nombre es Rosalba Casco y hasta hace cinco años era maestra de computación, pero problemas familiares la llevaron a vivir en las calles del Centro Histórico de Puebla. Ella es parte de la población en condición de calle, que ha incrementado en los últimos meses en el municipio, sin que se conozca con exactitud en qué proporción, y para la cual no existen programas de reinserción social específicos.

Las personas en esta situación deambulan por la ciudad buscando subsistir, duermen cerca de las zonas comerciales, parques o simplemente en el sitio donde los encuentra la noche y se enfrentan al rechazo social y a la falta de apoyo, ya que la mayoría de ellas tienen algún problema relacionado con el consumo de alcohol o drogas, que les impide siquiera acceder a los servicios del dormitorio municipal.

Especialistas y autoridades coinciden en que para lograr la reinserción social de estas personas se requiere de trabajo coordinado entre los tres ordenes de gobierno pero, sobre todo, reforzar las acciones de prevención, ya que las personas con algún tipo de adicción, con discapacidad y adultos mayores son los más propensos a optar por la vida en la calle o a ser abandonados ahí por sus propios familiares.

Ser mujer y vivir en la calle, doble vulnerabilidad

Rosalva tiene 60 años y afirma que decidió vivir en la calle porque ahí se siente más segura que con su familia, ya que sus hermanos le arrebataron su herencia, su casa e incluso le hicieron amenazas de muerte, de tal forma que desde hace cinco años decidió quedarse a deambular en las calles del centro, donde pide alguna moneda o se ofrece a barrer a cambio de comida o dinero.

“Yo jamás me imaginé vivir así”, dice visiblemente consternada y recuerda que cuando decidió alejarse de su familia pensó que en las calles estaría más cuidada porque hay gente y hasta cámaras de seguridad, así que no podrían hacerle algo, sin embargo, día a día se enfrenta a diversos riesgos, principalmente a ser agredida por hombres que están en su misma condición.

“Duermo en la calle, donde me caiga la noche, porque soy mujer, estoy en una situación de calle y a veces son muy abusivos los idiotas esos que andan en la calle, entonces tengo que dormirme en lugares donde no me encuentren, es gacho ser mujer, porque tengo sueño y tengo que andarme cambiando de lugar porque si no me violan”, contó.

La mujer explicó que ha recurrido a lanzar piedras a los hombres que intentan agredirla, aunque eso no ha evitado que en ocasiones haya salido lastimada. Incluso, dijo que los golpes que tenía en los ojos al momento de ser entrevistada se los propinó al caer cuando corría detrás de un hombre que vive en la calle y le arrebató sus maletas con ropa y cobijas.

Se le preguntó por qué no acude al dormitorio municipal, ubicado en la colonia Lomas de San Miguel, para resguardarse y sus razones fueron la lejanía del lugar con respecto al centro y el hecho de que los horarios de atención no le resultan convenientes, ya que considera que duerme menos.

Personas en condición de calle van en aumento

La cantidad de personas viviendo en las calles ha incrementado en los últimos años, coincidieron la directora del Sistema Municipal DIF de Puebla, Carolina Morales García y el presidente del Consejo de Comerciantes del Centro Histórico, José Juan Ayala Vázquez, aunque la primera señaló que se ignora la cifra porque no hay un censo reciente.

Ayala expresó que tan solo en el Centro Histórico sus agremiados han contabilizado a un grupo de entre 30 y 40 personas en esta condición, que incluso han establecido algunos lugares como punto de reunión para pernoctar, tales como el corredor 5 de Mayo y el Pasaje del Ayuntamiento.

“La mayoría busca pernoctar en la entrada de los comercios para evitar el frío o la lluvia, pero la verdad es que también, se escucha feo, pero como imagen es complicado, porque tú como turista o como visitante de pronto puedes tener ese temor de lo que pueda pasar, afortunadamente no ha habido nada, pero ojalá el Ayuntamiento, a través del DIF municipal, ellos puedan tener un espacio más digno”, declaró.

La directora del sistema municipal DIF señaló que aunque no hay un padrón o censo oficial de las personas que viven en las calles de Puebla, en lo que va de la actual administración municipal se han realizado 426 recorridos para detectarlas y se han atendido 177 reportes sobre su presencia en diversos espacios públicos.

Agregó que la mayoría tiende a vivir en las calles del Centro Histórico, el Paseo Bravo o la Avenida Juárez, aunque también se han atendido reportes en El Alto, Ignacio Zaragoza, La Flor, Amalucan, Xonaca, Clavijero, Colombres, Agua Santa, San Bartolo, inmediaciones del Hospital de la Mujer y el del Sur, Los Héroes, SNTE, CAPU, Xochimehuacán y VillaFrontera.

Morales precisó que siete de cada 10 personas que están en las calles presentan algún problema de alcoholismo o ingesta de drogas al momento de ser identificados, motivo por el cual no pueden ser trasladados al dormitorio municipal, ya que el reglamento indica que se pondría en riesgo la integridad de las demás personas alojadas.

Por este motivo, señaló que resulta complejo atender a este sector, ya que incluso el 30 por ciento de personas que pudieran ser recibidas en el dormitorio no pueden ser llevadas si no lo desean, de tal forma que el personal del Ayuntamiento debe respetar su decisión de quedarse en la calle y solo puede ofrecerles algunas prendas, cobijas y lunch.

“Entendiendo que es en el centro en donde hay una gran población, ahorita lo que implementamos es que se hacen recorridos, visitas para invitar a las personas que se encuentran en el zócalo, las hemos incrementado, se hacen tres veces por semana y el presidente también instruyó que a quienes sí quieran ir se les regrese por la mañana”, expuso.

La directora agregó que debido a la temporada de lluvias y a que se aproxima la época de frío aumentarán los recorridos por la ciudad para identificar a quienes pudieran necesitar ayuda, aunque aclaró que el gobierno municipal no cuenta con albergues para ofrecerles asistencia de forma prolongada, ya que esto es atribución del Gobierno Estatal.

En este sentido, señaló que algunos casos ya han sido canalizados al Sistema Estatal DIF para su atención y, recientemente, a través de la firma de un convenio con el banco de alimentos, se ha vinculado a familias que tienen a menores de edad para que las niñas, niños y adolescentes reciban una despensa y suplementos alimenticios.

¿Cuáles son las causas del aumento de población en situación de calle?

El aumento de migrantes, sobre todo procedentes de Centroamérica, de población adulta mayor y de personas que tienen problemas de alcoholismo o adicciones ha provocado que incremente la cantidad de personas que viven en la calle, ya que regularmente pertenecen a alguno de estos sectores, señaló Karina Cerezo Huerta, psicóloga y catedrática de la UPAEP.

Para la especialista, el problema de la población que vive en la calle debe verse más allá de un aspecto de mala imagen para una ciudad, ya que se trata de seres humanos que por diversos motivos fueron abandonadas o decidieron abandonar su núcleo familiar.

Señaló que aunque cada historia es distinta, hay ciertas características demográficas que permiten explicar el fenómeno, como el hecho de que ha ido en aumento la población adulta mayor y cuando pertenecen a hogares con problemas económicos tienden a ser considerados como una carga, por lo que optan por dejar sus casas o son abandonados.

Agregó que la misma situación ocurre con aquellas personas que no logran superar problemas de adicciones o que padecen alguna discapacidad o problema de salud mental, ya que la calle se convierte en su escaparate pero a la vez acelera su desgaste físico y emocional.

“Están sometidos a violencia, pueden ser objeto de uso de sus recursos físicos, de abuso económico, incluso la naturaleza se vuelve enemigo también de ellos, la misma sociedad los rechaza por su aspecto físico y demás”, acotó.

Vivir en la calle no es un delito, pero a veces se castiga por ello

Eder Vázquez Espinosa, Doctor en Derecho y docente de la misma casa de estudios, destacó que no se debe perder de vista que quienes viven en la calle tienen los mismos derechos que cualquier otra persona, aunque regularmente es difícil que accedan a ellos porque no tienen documentos oficiales.

Expuso que el Estado es el responsable de velar por el bienestar de este sector vulnerable a través de instancias como el DIF, no obstante, aclaró que las personas tienen derecho al libre tránsito, de tal manera que no pueden ser retirados a la fuerza de la vía pública, a menos que cometan algún delito o falta administrativa.

El litigante consideró que uno de los principales derechos que ven vulnerado estas personas es el acceso a la justicia, ya que cuando son remitidos a algún juzgado no pueden acceder a medios alternativos de solución, como la reparación de los daños ocasionados, de tal manera que son sancionados con horas de arresto por carecer de recursos económicos.

Bajo esta premisa, subrayó que también se enfrentan al hecho de haber sido remitidos por cometer algún delito en aras de su necesidad de subsistencia, sin que esto sea tomado en cuenta por la autoridad, a pesar de que es un derecho al que deberían acceder.

“Muchas de estas personas que llegan a cometer algún delito, llámese robo, lo llegan a cometer bajo un estado de necesidad, entonces el Estado debe de analizar que la conducta que realizaron fue en razón de una necesidad de alimento o de un medicamento para estar en mejores condiciones, los juzgadores deben sancionar con esta perspectiva”, expuso.

Proponen reforzar la prevención y atención interinstitucional

Para evitar que continúe en incremento la población “callejera” deben reforzarse las acciones de prevención con los grupos poblacionales que son más vulnerables a terminar en estas condiciones, ya que una vez que viven en la vía pública se complica reinsertarlos a la sociedad, debido a que tienden a normalizar su estado, propuso la psicóloga Karina Cerezo.

Quienes viven en la calle han normalizado su condición, es muy complicado que lleguen a comprender que un cambio puede ser benéfico para ellos, a veces están tan acostumbrados a ella que llegar y plantearles otra alternativa es imposible y se resisten mucho a cambiar la dinámica que han tenido, incluso a temprana edad”, apuntó.

La especialista remarcó que es indispensable atender a quienes ya están en esta condición a pesar de lo complicado que pudiera parecer, no obstante, no se deben perder de vista los problemas originales.

En este sentido, opinó que los programas de prevención de adicciones y de atención a adultos mayores o personas con discapacidad deben ir más allá para ofrecer redes de apoyo a la gente y evitar que termine siendo expulsada de sus entornos familiares o decida hacerlo por cuenta propia.

Por su parte, la directora del DIF municipal consideró que se necesita del trabajo interinstitucional para dar atención oportuna a ese sector, ya que cada persona tiene necesidades distintas y, desafortunadamente, hay aspectos que escapan de la competencia del gobierno municipal.

“El problema es que no se quieren ir con nosotros, se quedan ahí en la calle, muchas veces nosotros también hacemos el reporte con el Gobierno del Estado, pero aquí lo importante, para poder resolver esta situación, es que los tres ordenes de gobierno federal, estatal y municipal nos sumemos en una estrategia integral para poder atender de acuerdo a nuestras facultades y atribuciones”, dijo.

Alistan censo y posible dormitorio en el C.H

La directora del DIF anunció que, en colaboración con la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), se realizará un censo de las personas en condición de calle que permita conocer más a fondo sus características para diseñar acciones específicas para atenderlas, ya que el último ejercicio de este tipo se realizó hace 10 años.

Cabe mencionar que, el diagnóstico realizado en el 2013 por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) reflejó que en ese momento había 663 personas en situación de calle, de las cuales el 65.4 por ciento eran hombres y el resto mujeres, además de que del total el 72 por ciento era de Puebla, el 7 por ciento de Oaxaca y el 6 por ciento de Tlaxcala.

Carolina Morales señaló que en la investigación que realizará la UPAEP estarán involucradas diversas asociaciones civiles que trabajan en la defensa de los derechos de la infancia, para proponer medidas de atención a este sector en particular.

Los resultados, dijo, estarán listos antes de finalizar el año y con base en ellos se definirán los proyectos a ejecutar para atender a ese sector de la población, aunque adelantó que uno de ellos es la posible instalación de una extensión del dormitorio municipal en el Centro Histórico, para facilitar la protección a quienes viven en las calles y evitar que arriesguen su vida.

La directora del DIF remarcó que en el Plan de Manejo del Centro Histórico se planteó la necesidad de atender a las personas en condición de calle, de tal forma que en el documento se estableció la posibilidad de buscar una casona o inmueble que les sirva como dormitorio.

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