Una vez comenzado el proceso de selección de candidato a gobernador en Morena, es hora de que los aspirantes de ese mismo partido a la presidencia municipal de Puebla vayan acelerando el paso para llegar calientitos y aceitados a la contienda interna.
Alejandro Carvajal Hidalgo lleva meses enfocado en la candidatura.
El diputado federal es quizá el personaje más perfilado para hacerse de la postulación en el partido presidencial, lo que no significa que haya que ignorar a los legisladores locales Nora Merino Escamilla, Iván Herrera Villagómez y Antonio López Ruiz, quienes, aunque vienen detrás, están también metidos en el tema.
Quien no se atreve a anunciar por qué partido político quiere la candidatura es José Chedraui Budid.
El empresario es militante del PRI y hasta hace unos meses no ocultaba su filiación política, pero se sabe que pretende ser postulado por Morena a través de Fuerza por México.
A Chedraui le han llegado los tiempos para definirse públicamente.
Tal vez convenza a los morenistas de cederle esa importante posición si desde ahora trata de convencer de sus buenas intenciones, es decir, si convoca a una conferencia de prensa para manifestar su arrepentimiento por haber pertenecido a las filas del tricolor, le jura amor al presidente Andrés Manuel López Obrador y se pone a las órdenes de la cuarta transformación.
Si no lo hace pronto podría encontrar en los jerarcas del partido oficial en la capital del país un insalvable obstáculo para la postulación, con todo y que cuente con las cartas de apoyo que ya posee en la entidad.
Junto con Alejandro Carvajal, Nora Merino, Iván Herrera, “Toño” López y “Pepe” Chedraui hay que considerar a uno de los eventuales perdedores de la pelea por la candidatura al gobierno del estado.
En caso de que se concrete aquello de la entrega de “premios de consolación” para buscar la unidad de los derrotados, que serán muchos.
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Al interior de la Fiscalía General del Estado ha habido una queja recurrente en las últimas semanas: un grupo de poder con las facultades suficientes para poner y quitar servidores públicos en mandos medios se ha puesto a vender las comandancias de la policía ministerial al mejor postor.
Según las quejas hechas llegar a este diario, quien quiera ocupar una de esas posiciones de mando en algún lugar rincón del estado de Puebla debe pagar entre 30 y 80 mil pesos de entrada, para garantizar el acceso a la comandancia, y una vez instalado ahí debe “mocharse” con una cuota quincenal que va desde los 5 mil hasta los 30 mil pesos, según la zona de que se trate.
Las comandancias más costosas, según las fuentes, son las de San Andrés y San Pedro Cholula, así como las de Tehuacán, Atlixco y San Martín Texmelucan.
Ya se sabe que cuando se opera a partir de este esquema piramidal de corrupción quien acaba pagando todo el dinero es el ciudadano, que sufre extorsiones bajo cualquier pretexto para que los agentes ministeriales cubran sus cuotas y se puedan quedar, además, con algo para ellos.
Es una pena que el trabajo que el fiscal Gilberto Higuera Bernal encabeza en ese organismo de impartición de justicia se vea empañado por un grupo de delincuentes disfrazados de servidores públicos que lucran con la venta de ascensos y nombramientos.
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A propósito de inconformidades en el Poder Judicial.
Algunos trabajadores pensionados o sus deudos llevan más de tres meses sin poder cobrar el dinero que hasta hace poco recibían de manera puntual.
El conflicto le estallará pronto a la nueva presidenta del Tribunal Superior de Justicia, María Belinda Aguilar Díaz, así como al titular del Consejo de la Judicatura, José Eduardo Hernández Sánchez, si no hacen las gestiones pertinentes donde tienen que hacerlas para cumplir con el pago de las pensiones y enfriar una queja que no es menor.
Hay que recordar que Margarita Gayosso Ponce y Carlos Palafox Galeana fueron echados de las posiciones de mando en el Poder Judicial no solo por haber pertenecido al grupo barbosista, sino por su incompetencia para atender los reclamos laborales.