Casos como el de San Gabriel Chilac, donde artesanos poblanos fueron víctima de plagio por parte de la transnacional china, Shein, que se dedica a la venta de prendas a nivel global, seguirán ocurriendo en tanto no se fortalezcan los mecanismos de defensa jurídica a favor de los pueblos indígenas a través de la Cancillería Mexicana, advirtió el doctor en Derecho por la Universidad Iberoamericana Puebla e investigador de esa misma institución, Rubén Alberto Curiel Tejeda.
En entrevista con esta casa editorial, el académico consideró que existe un panorama endeble y frágil para las poblaciones indígenas del estado y país, especialmente porque no existen mecanismos legales para defender los casos de apropiación cultural por parte de empresas extranjeras.
“Están desprotegidos y, además, están en una situación de vulnerabilidad porque ellos diseñan y no tienen ninguna retribución por ello. Lamentablemente, como muchos de ellos dicen, ‘Nosotros hacemos el diseño de lo que vendemos acá y aquí nos quieren pagar baratísimo, y allá en Europa ven el mismo modelo por miles de dólares’. Creo que están discriminados y en un estado de vulnerabilidad y desprotección internacional”, consideró.
Refirió que, aunque en México existen al menos dos leyes en las que se enmarca el derecho de los pueblos y de los artistas en general, de tener posesión legal sobre sus obras intelectuales y materiales, tales como la Ley de Derechos de Autor y la Ley de Propiedad Intelectual, en el exterior hay poca o nula garantía sobre el reconocimiento de esas garantías.
“Es importante fortalecer las políticas públicas y tratar de buscar acuerdos internacionales (…) Es importante que [algunos] abogados de estas poblaciones puedan ir a esos países y puedan demandar la indemnización por el uso de sus de su propiedad intelectual, porque de otra manera seguimos con esta con esta práctica y, realmente, a las empresas transnacionales no les importa un pepino”, opinó.
Es decir, cuando ocurren casos como el de San Gabriel Chilac, en el que la empresa Shein se apropió de diseños originales de dicha comunidad indígena, las leyes mexicanas no pueden actuar. No obstante, el plagio se consume y las poblaciones quedan vulneradas por parte de empresas extranjeras.
Desde la perspectiva del doctor Curiel Tejada, los pueblos indígenas están desprotegidos en el escenario global. Por ello, propuso que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), a través del Servicio Exterior Mexicano (SEM), cuente con oficinas de representación jurídica ante este tipo de casos, pues se trata de la vulneración de un derecho humano, precisó.
Esto implicaría la creación de políticas públicas a nivel nacional, en donde se destinen mayores recursos y esfuerzos a la representación jurídica de las comunidades en los tribunales de otros países.
En otras palabras, el SEM debe representar jurídicamente a los pueblos que sean víctimas de plagio o apropiación cultural ante los tribunales de los países donde se encuentren basadas las compañías infractoras.
“Los pueblos originarios no tendrían que ir hasta allá, ni tendrían que contratar un abogado ni nada, sino que hubiese este mecanismo a través de los consulados mexicanos alrededor del mundo, para que los propios cónsules sean quienes lleven a cabo estos procedimientos”, expuso.
El académico de la Ibero Puebla enfatizó que los apercibimientos mediáticos que dependencias como la Secretaría de Cultura federal han hecho a este tipo de empresas, ya sea mediante cartas públicas o comunicados, ayudan a visibilizar el problema, sin embargo, son poco prácticos.
“Se debe visibilizar más este tema; el gobierno mexicano debe tomar cartas en el asunto para que se logre un cambio y realmente México empiece a litigar los asuntos en extranjero, y los empiece a ganar (…) Hacen falta políticas públicas donde México sea más activo en la protección de los diseños de los pueblos originarios, porque yo sigo sintiendo una cierta tibieza del gobierno, en relación a cómo operar en los mecanismos jurisdiccionales extranjeros”, apuntó.
No obstante, indicó que el Estado mexicano debe garantizar que se respeten los derechos de los pueblos indígenas, esto a través de la búsqueda de indemnización o castigo a quienes se apropien de elementos culturales de las comunidades mexicanas.
Mientras esto no suceda, el doctor Curiel Tejeda advirtió que la propiedad intelectual de las poblaciones indígenas, como la de San Gabriel Chilac, tendrán el riesgo de que sus obras sean robadas sin su consentimiento y sin que reciban un solo peso o gesto de retribución.
Finalmente, no hay que olvidar que la empresa Shein comercializó una blusa con bordados distintivos de la comunidad de San Gabriel Chilac, donde se elaboran dichos productos desde hace decenas de años. Aunque no fue la primera vez que la empresa emprendió acciones similares, la misma retiró de la venta dicho artículo, luego de que Cultura federal se pronunció contra el plagio de dicha compañía de origen chino y con sede en Singapur.