Hacer equipo por Acapulco – El Sol de Puebla

Ya se cumplió más de una semana desde que el huracán Otis devastó Acapulco y varios municipios de la Costa Grande de Guerrero, con vientos sostenidos de 270 kilómetros por hora (km/h).

Desafortunadamente, el tiempo corre, pero no así la ayuda para las familias que, tras el paso de este fenómeno meteorológico, han perdido todas sus pertenencias, se han quedado sin hogar, e incluso no tienen a su alcance suministros vitales como comida y agua.

Más allá de ello, hoy parece haberse esfumado la seguridad pública y el estado de derecho en muchas zonas de lo que hace unos días era un paraíso para propios y extraños, ya que la rapiña se ha convertido en un riesgo latente para hogares y comercios.

Aunado a ello, la respuesta tanto del gobierno municipal, estatal y federal ha sido escasa y se ha visto rebasada por las incontables necesidades que han surgido en la zona, empezando por la de no tener un protocolo adecuado para la prevención de desastres naturales.

Fue apenas, el primero de noviembre, que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, anunció el llamado “Plan General de Reconstrucción y Apoyo a la Población Afectada en Acapulco y Coyuca de Benítez”.

Las acciones que consideran este plan son adelantar dos meses el pago de todos los programas de Bienestar, la incorporación de más beneficiados al programa Jóvenes Construyendo el Futuro, además de prorrogar el pago de créditos de Infonavit, Fovissste, IMSS, servicio eléctrico; dar créditos y entregar despensas.

Asimismo, López Obrador se comprometió a dar becas a estudiantes, además de exentar de algunos impuestos y pagos de intereses a 373 hoteles.

Estas medidas sin duda son loables y coadyuvarán a mermar la crisis que hoy se vive en esas tierras; desafortunadamente son insuficientes y cortoplacistas, producto de la falta de una visión estratégica, lo cual llevó -como ya comenté en mi colaboración anterior- a la extinción del FONDEN y de los protocolos de emergencia que de él derivaban.

En este sentido, reconozco la propuesta de Xóchitl Gálvez y el Frente Amplio por México, ya que ha encabezado el llamado a las y los legisladores de todos los partidos políticos a dejar atrás las diferencias ideológicas y anteponer los intereses que nos unen a todas y todos los mexicanos, como en este momento lo es el apoyar a nuestros hermanos guerrerenses.

Y es que, en estos momentos críticos, la colaboración y coordinación entre los representantes populares, como legisladores y autoridades de los tres niveles de gobierno, es esencial para brindar una respuesta efectiva y apoyo a las comunidades afectadas.

Debemos tener presente que, cuando se trabaja en equipo y de manera conjunta, se puede compartir información, recursos y conocimientos, evitando la duplicación de esfuerzos y garantizando que los recursos se utilicen de la manera más efectiva posible.

Asimismo, sabemos que en situaciones de desastre los recursos son limitados, por ello al trabajar en equipo, podemos asegurarnos que los fondos y recursos estén disponibles para satisfacer las necesidades más apremiantes de la población afectada. Desde luego, esta colaboración nos permitirá ampliar más las posibilidades de ayuda, al involucrar cooperación con organizaciones no gubernamentales, organismos internacionales y el sector privado.

Ya lo vimos en los terribles terremotos del 19 de septiembre de 1985 y 2017, en los que como sociedad nos hemos organizado y hemos logrado salir adelante de los duros embates de la naturaleza.

Pero, sobre todo, es importante apostar en acciones que modifiquen el marco normativo de manera moderna e innovadora para la atención de emergencias y su impacto en el bienestar social y económico de esta región.

Es por ello que considero congruente la iniciativa para expedir la Ley de Emergencia y Reactivación Económica Frente a Eventos No Esperados, ya que no podemos darnos el lujo como nación de que otra contingencia de este tipo, o de cualquier otro, nos agarre nuevamente desprevenidos.

Es en este sentido que es muy atinada la propuesta de Xóchitl Gálvez de crear la Agencia Mexicana de Manejo de Emergencias, además del Fideicomiso para la Reconstrucción de Guerrero, para esta crisis particular.

Ojalá el gobierno morenista pueda ver más allá de sus propios intereses y actuar a la altura de las circunstancias, las cuales nos han dejado ver que el poder de la naturaleza y la violencia de los efectos del cambio climático serán cada día más duros y es urgente hacer algo para estar preparados.

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