Las agresiones físicas y verbales en instituciones educativas de Puebla no han cesado durante 2022. Las víctimas, todas menores de edad, han sido no sólo amenazadas o golpeadas, sino también abusadas sexualmente y hasta orilladas al suicidio en algunos casos. En su mayoría, los perpetradores han sido los mismos docentes o trabajadores administrativos, así como otros estudiantes.
En lo que va del presente año, se han reportado decenas de incidentes de violencia cometidos en colegios de todos los niveles, siendo los de educación básica y media superior los más recurrentes. El hecho más reciente fue el de una menor de tres años, alumna del Jardín de Niños “Octavio Paz”, situado en la colonia Granjas del Sur, de Puebla capital, quien fue abusada sexualmente, presuntamente, por el conserje del plantel.
No obstante, ese acontecimiento no es un hecho aislado, pues durante septiembre se han reportado, por lo menos, ocho denuncias sobre agresiones sexuales en escuelas registradas ante la Secretaría de Educación Pública (SEP) de Puebla.
Una de ellas tuvo lugar a inicios de mes en el Jardín de Niños Federal Amalucan, igualmente en la capital del estado. Ahí, una menor que cursaba el segundo año de preescolar refirió a su madre que una persona vulneró su integridad física, por lo que la mujer acudió con las autoridades del colegio en búsqueda de explicaciones, sin embargo, no obtuvo solución.
Ante ello, decidió interponer una denuncia ante la Fiscalía General del Estado (FGE), en la cual señaló al intendente de la escuela de, presuntamente, cometer la violación contra su hija.
Este caso tuvo el involucramiento del gobernador Miguel Barbosa Huerta, quien no sólo condenó lo ocurrido y solicitó su investigación, sino que también calificó los hechos de ser vergonzosos e insoportables.
Posteriormente, el 10 de septiembre, la escuela primaria Profesor Jorge Murad Macluf, igualmente en la capital, fue objeto de quejas de padres de familia quienes acusaron que un docente de cuarto año tocó indebidamente a seis de sus alumnas.
En esa misma demarcación, el director de la primaria Rafael Ramírez Castañeda consideró viable dejar fuera del plantel a un menor de nueve años de edad, quien no tenía compañía, argumentando que el alumno llegó al colegio fuera del horario de ingreso.
Igualmente en septiembre, en el municipio de Chignahuapan, Samuel, de seis años, sufrió varias lesiones, supuestamente, a consecuencia de los golpes que recibió por parte de sus compañeros en la escuela primaria Francisco I. Madero. La gravedad de las heridas fue tal que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente para extirpar su apéndice.
Este suceso también llegó a oídos del titular del Ejecutivo local, quien, además de lamentar lo ocurrido, exigió al titular de la SEP Puebla, Melitón Lozano Pérez, apresurar las indagatorias sobre el caso y deliberar el procedimiento de forma expedita.
Docentes de Cobaep señalados por presunto acoso sexual y psicológico
A inicios de año, en marzo pasado, estudiantes del plantel 12 del Colegio de Bachilleres del estado de Puebla (Cobaep), situado en el municipio de Izúcar de Matamoros, se reunieron para exhibir que los profesores de nombre Marcelino N., Felipe N., y Juan N., ejercieron, presuntamente, violencia sexual, física y psicológica contra varias de sus estudiantes.
No obstante, según reconocieron entonces varias alumnas del plantel, las denuncias ya habían sido presentadas ante autoridades escolares, sin que alguna de ellas tuviera sanciones materializadas. En respuesta a la protesta, la institución comunicó que cada hecho sería investigado, pero sin ofrecer mayores explicaciones.
Bullying se apodera de los colegios
En mayo pasado la opinión pública conoció la saña con la que integrantes de un grupo denominado “El Rebaño”, conformado por alumnos del bachillerato del Instituto Oriente, golpearon a otro de sus compañeros.
Aunque el caso fue divulgado hasta entonces, el acontecimiento ocurrió desde abril pasado. Según relató la madre del menor agredido, Guadalupe Torres, a El Sol de Puebla, su hijo fue pateado, humillado y herido, al punto de causarle lesiones en el tórax, cara y hasta un derrame ocular.
De hecho, su situación fue minimizada por autoridades de dicha institución privada, inclusive, el rector del colegio, Enrique Flota Ocampo, publicó un comunicado en el que se disculpó por “el mal momento”, pero sin mencionar cuáles serían las consecuencias para los agresores. Este acontecimiento también fue condenado por Barbosa Huerta.
También en mayo pasado se dio a conocer un incidente similar, el cual tuvo lugar desde enero pasado, en el Colegio La Salle Benavente. Así, mediante un video difundido en redes sociales, se observó a un menor agredir a otros estudiantes.
A la lista se sumó otro joven de 14 años, estudiante de la Secundaria número 82, ubicada en la colonia Satélite Magisterial, quien fue golpeado bruscamente en la cabeza por otro alumno a las afueras del plantel.
Docente, supuesta responsable de suicidio de joven
En junio pasado, Puebla se conmocionó ante la muerte de Aldo Clavel, un adolescente de 17 años que estudiaba en el bachillerato Octavio Paz Lozano, en Cuautlancingo, presuntamente ante el hostigamiento constante que ejerció su profesora de matemáticas contra él.
Tal como dio a conocer el periodista Salvador Ríos a través de su columna en El Sol de Puebla, la familia de Aldo encontró al menor sin vida, luego de que expuso en varias ocasiones ser víctima de los ataques de la docente. En su caso, las autoridades escolares no sólo minimizaron su caso, sino que pidieron a los padres desistir de las acusaciones.
La profesora fue destituida, inclusive el gobernador de Puebla expuso que el caso era “perturbador” y ofreció a la familia la oportunidad de hablar con él para brindarles acompañamiento.
Ese mismo mes, una docente de la Primaria Federal Juan C. Bonilla fue señalada de agredir físicamente a un alumno de primer grado. En otro inmueble, en el Centro Escolar Gustavo Díaz Ordaz, de Puebla capital, se acusó a otra docente de golpear y gritar a una niña de tan sólo seis años.
Una situación similar se reportó en la primaria José María Morelos y Pavón, del municipio de Chigmecatitlán. Ahí, una profesora fue acusada por padres de familia de agredir físicamente con un palo de madera a sus alumnos.
Conserjes son denunciados
En al menos un par de casos, destacó que los presuntos agresores sexuales de menores de edad fueron los intendentes de los colegios. Tal fue el caso de una alumna de la primaria Juan Crisóstomo Bonilla, situada en San Pedro Cholula, quien fue atacada, supuestamente, por el encargado del aseo del inmueble.
“Mi hija me decía con miedo que ese señor seguía ahí, no lo corrieron ni lo separaron, solo le cambiaron sus actividades, pero siempre siguió ahí adentro y seguirá porque no lo piensan quitar”, externó en entrevista con esta casa editorial la madre de la niña.
Igualmente, el caso llegó a Casa Aguayo, pues el titular del Ejecutivo consideró que el hombre acusado tendría que ser investigado sin importar su estatus laboral, esto después de que la directora del plantel le dijo a la madre de la menor que no podría hacer mucho ya que el supuesto agresor era un trabajador sindicalizado.
Por su parte, en el municipio de Zacatlán se inculpó a una conserje del Centro Escolar Juan N Méndez de golpear a dos alumnos.
En julio pasado, un profesor de la primaria Gabino Barreda, ubicada en la comunidad La Pahua, del municipio de Francisco Z. Mena, fue incriminado de presuntamente de intentar cometer abuso sexual contra sus estudiantes.
También en ese mes, se mostró a través de un video viralizado en redes sociales que, al menos una decena de estudiantes golpeó a un alumno, quien además fue despojado de sus pertenencias.
Finalmente, cabe recordar que en agosto pasado el director de la Escuela Secundaria Técnica 88, ubicada en la colonia Balcones del Sur en Puebla capital, consideró que, antes que construir un ambiente de sana convivencia en el plantel, era mejor reubicar a los estudiantes que eran víctimas de violencia en otras escuelas.
Según denunció Luis Guevara, padre de un menor de primer año de secundaria, el responsable de la administración de esa escuela evitó brindar soluciones reales al acoso que afrontaba su hijo, pues, en su lugar, le entregó la documentación del menor y le recomendó inscribirlo en otra institución.