Josefa y Esperanza De Velasco nacieron en una familia allegada a la música, en la que una constante era escuchar a su abuelo Belisario de Jesús García. “Siempre estuvimos cerca del mundo de la música, escuchándolo, porque él era compositor”, comenta Esperanza.
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A los siete años, las gemelas empezaron a tomar clases de piano y otras asignaturas, comenzando un camino que posteriormente las colocaría como dos de las directoras de orquesta más importantes del país.
“Cuando tuvimos que decidir qué carrera estudiar, empezamos en la Academia de Música Fermatta y de ahí nos fuimos abriendo a otros géneros, como el orquestal, que fue con el Sistema Nacional de Fomento Musical y con maestros particulares de los que aprendimos dirección de orquesta y composición”.
Después de algún tiempo formándose con profesores como Humberto Hernández Medrano, Enrique Barrios, y Jorge Torres, entre otros, Josefa y Esperanza De Velasco comenzaron a sentirse “más artistas y menos estudiantes”, adquiriendo experiencia para poder llevar una orquesta.
Musicalizan el séptimo arte
Después de consolidarse en la música orquestal, Josefa y Esperanza De Velasco se inclinaron a trabajar en el área del cine y de la sonorización de producciones audiovisuales. Durante el 2023, las hermanas oriundas de la Ciudad de México estuvieron trabajando, entre otros proyectos, en la película Invitación a un asesinato dirigida por José Manuel Cravioto y producida y estrenada en Netflix.
“Estuvo muy bonito porque concursamos contra otros compositores y por decisión unánime se escogió la música que pusimos Esperanza y yo. Sacamos unos sonidos muy característicos, donde metimos instrumentos que le daban un toque especial al score”, explicó Josefa sobre el trabajo en la cinta.
Además de ese proyecto, las hermanas de Velasco han trabajado en las series La flor más bella y Candy Cruz, así como en el documental Me mataron tres veces, para el que Esperanza define su trabajo como experimental. “Hicimos primero la música y luego se hizo la danza que se incluyó en el documental para contar una historia. Hemos tenido la suerte de estar en proyectos interesantes”.
En Me mataron tres veces, documental que sobre feminicidio, las artistas se acercan a este tema que también han tratado de visibilizar. “Nos gusta hacer proyectos que hablen de la realidad en la que vivimos. Al igual que nos pueden invitar a una serie de ficción, ser parte de proyectos de temas que se requiere hablar”, explica Josefa.
Trabajan en el empoderamiento
Para las dos profesionales de la música, las invitaciones a proyectos de ese estilo han estado presentes, por ejemplo con la Orquesta Sororidad, cuya característica principal es reunir solamente a mujeres.
“La formamos en 2020 junto con la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México porque querían cerrar el Festival de la Mujer con una orquesta de 80 mujeres. Encontramos mucho talento, fue una experiencia nueva estar sólo con músicas en el podio, fue una vibra diferente, muy bonita”, agrega Josefa.
“Tener a 80 mujeres enfrente te da un mensaje de empoderamiento, siempre apoyamos el movimiento de la mujer, dentro de la sociedad podemos estar allí, no podemos voltear la cara. Esperamos que desde la música podamos expresarnos de manera que sea algo constructivo”, apuntó Esperanza.
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Actualmente, las directoras perciben que la presencia de mujeres en su área es mayor. “Desde que empezamos a estudiar éramos pocas mujeres, creo que cada vez hemos sido más”, explica Josefa, quien asegura que ahora que es maestra, percibe un aumento en las estudiantes.
“Se ve que más mujeres se están dedicando a esto, siento que está mejorando mucho y me da gusto ver a estudiantes en la universidad que se están formando. Siempre ha habido mujeres pero no han tenido el reconocimiento, y ahora con la conciencia que se está generando hay más involucradas”, finalizó.