Juan Carlos Olmedo Molina fue designado como director de Desarrollo Urbano, en relevo de Arnulfo Aurioles Gamboa. A dos semanas y media de haber asumido el cargo informó ante regidores que ya atiende el rezago de diversos trámites, ya que heredó más de 2 mil firmas de autorización en calidad de pendiente.
Molina fue presentado este día ante los regidores que integran la Comisión de Desarrollo Urbano, Gestión y Medio Ambiente, luego de que a principios del mes se concretó la salida de Aurioles de la dependencia con la intención de mejorar el servicio para la ciudadanía, según declaró en su momento el presidente municipal, Eduardo Rivera.
Ante los cabildantes, Juan Carlos Olmedo señaló que hay acciones prioritarias que atender como el rezago en trámites, la regulación de las áreas de donación que deben realizar los desarrolladores de vivienda y la venta de lotes en fraccionamientos donde no se han concluido las obras de urbanización por parte de los propietarios.
“Tiene dos semanas y media que llegamos al cargo y había casi 2 mil firmas acumuladas, tenía un mes que no se firmaba, es un poquito complicado tratar de sacar esas firmas, porque en esas coyunturas de cambios siempre se aprovecha para hacer cachirules, sobre todo para terminaciones de obra y licencias de uso de suelo, es un poquito complicado y con el tiempo salen a la luz pública esas autorizaciones”, dijo al tiempo de señalar que actualmente solo quedan unas 400 firmas por otorgar y se concluirán esta semana.
Agregó que también se están revisando los proyectos de desarrollos inmobiliarios para la ciudad, ya que hay constructoras que no están dispuestas a cumplir con las áreas de donación para el régimen de propiedad y, en este sentido, solicitó el apoyo de los cabildantes para definir cuál será el criterio a aplicar.
Otro asunto que consideró importante atender es el incremento de fraccionamientos en los que se venden lotes “en cómodas facilidades”, sin que los constructores cumplan con las obras de urbanización, como son drenaje, pavimentaciones y guarniciones.
Lo anterior, dijo, representa “una bomba de tiempo” que estallará en el corto o mediano plazo porque la gente compra los lotes y después el desarrollador simplemente se va sin concluir la urbanización de la zona, provocando que los afectados reclamen al Ayuntamiento la construcción de drenaje, calles y banquetas.
Olmedo destacó que hace 10 años, cuando también trabajó en la dependencia, durante la primera gestión de Eduardo Rivera como alcalde, ya había al menos 300 fraccionamientos con este ultimo problema, de tal forma que se debe intervenir a fondo para frenar que el fenómeno continúe creciendo.