Los temas de la resiliencia, el dolor y el amor propio invariablemente tienen que salir a la superficie pues de ahí se viene.
“He sido activista sin querer serlo, no es mi profesión o que haya querido tomar el rol de heroína y luchar por todos. Simplemente el sobrevivir y ser yo misma me vuelve activista”, comparte en entrevista.
Sin embargo lo que esta artista independiente quiere es que no se le encasille dentro de un género musical LGBT+. En cambio, busca que personas más allá de las minorías encuentren valor en su propuesta musical.
Zemmoa es una artista y dentro de ese campo compone e interpreta su música, pinta, produce videos y modela.
“Siempre me he definido como artista en constante aprendizaje. Creo que todos los días son muy sabios y sobre todo con la mente y con mi salud mental es donde más ejerzo.
“Como artista creo que estoy creciendo y que estoy consolidándome. Llevo muchos años, me acuerdo cuando empezaba, que alguien para motivarme me dijo ‘no te preocupes Zoé se tardó como 15 años’. Entonces pues yo ya llevo diez”.
En su haber como cantautora ha generado cuatro discos: Puro Desamor Volumen 1 (2013), NNVAV (2015), Zemmoa Covers (2018) y Lo Que Me Haces Sentir (2021).
La fiesta como fuente de inspiración es para Zemmoa un espacio donde comenzó a sentirse verdaderamente libre para expresarse y verse como ella realmente quería. Es por eso que le canta y que en ella se siente cómoda.
“No soy una persona para la que la fiesta signifique volverse zombie y estar ciega de drogas y alcohol. No la tengo tan satanizada como para que esté en un polo opuesto.
“Era más fácil ser yo misma en la noche al irme de mi casa cuando mis papás estaban dormidos, ponerme lo que quiera y bailar. De algún modo creo que la fiesta es importante, en ella he conocido a muchas personas y muchos de los trabajos que he realizado vienen quizás de ciertas pláticas con una copa”.
La artista reconoce sus inicios con el sencillo “Fashion Victims” de 2006, que fue incorporado al soundtrack de la película Así Del Precipicio de Teresa Suárez, que narra la decadencia de una destrampada Lucía (Ana de la Reguera) entre las drogas, el sexo y el desmadre.
“Amo a Kate Moss y a Campuzano, me quiero poner hasta el ano, como ellas, como ellas. Fashion victims, I’m a fashion victim. Oigan muchachas las invito a mi casa a meternos unas tachas y a ponernos bien borrachas”, cantaba Zemmoa a sus 16 años.
Sin embargo –como ella reconoce– esa canción que marcó su arranque artístico ha dejado de representar lo que quería decir y lo que es ahora, por lo que ha dejado de interpretarla para mandar un mensaje más acorde.
Desde ese lugar de introspección es que escribió “Nada nos va a vencer”.
“No hay que esperar a que acabe, a que baje la tormenta, hay que aprender a bailar bajo la lluvia que enfrentas, levantando las manos hay que mandar amor hacia el cielo, hacia el suelo, hacia alrededor.
“Aunque te sientas sin riego, aunque no veas el sol hay que tener en el tallo fuerza y harto vigor, un sentimiento interno, todo bajo control, una palabra caliente, un abrazo de amor”, canta Zemmoa al ritmo electropop.
La artista explica que letras como esta no provienen de una responsabilidad social asumida por ella, sino más bien “la porra propia para salir adelante”, y que de algún modo han sido retomados por otros en situaciones de vulnerabilidad.
“Mi música al final es un discurso desde una mujer trans en un mundo y una sociedad como en la que estamos que te obliga a ser resiliente y que te obliga a digerir frustraciones e ideales románticos.
Sobre su cuarto disco de estudio Lo Que Me Haces Sentir, la revista Indie Rocks! refirió que representaba “el climax” de su trabajo artístico y el cual marcaba un antes y un después en cuanto a su maduración como artista.
Marcadamente el sencillo “Mi amor soy yo”, al lado de Tessa Ia y Trans X destaca por un beat pegajoso y lírica con sustancia, y cuyo video ha sido su producción con más reproducciones en YouTube con casi 700 mil.
En ella habla de cómo antes amaba a alguien pero ahora se queda sola con ella y así está bien.
“Cuando la escribí sí estaba pensando en que casi todas mis canciones vienen desde la carencia y desde el lado triste de mi perspectiva y que debería empezar a escribir otro tipo de canciones, pero no era pensando en querer vender o para que guste, sino más bien desde la necesidad de sanar mi corazón”.
“Durante mucho tiempo sufrí el no poder tener las mismas posibilidades para hacer una pareja, el enfrentarme más a a los miedos que implica. Al final creo que no hay nada más rico que disfrutarnos en esta vida que sólo se vive una vez. Entonces mi último disco es cómo me empodero pese a la tormenta que vivo aunque tenga privilegios”.
C’est Moi
Su nombre por elección se pronuncia “Zemuá” del francés “c’est moi” para “soy yo”, y el privilegio al que ella se refiere es al provenir de una familia “de mucha cultura”.
Hija de músicos, su abuela era pianista de conservatorio mientras que su abuelo, Jesús Silva, es guitarrista histórico.
Su padre es Rodolfo Becerril, economista y figura destacada del priismo en Morelos.
“He tenido el privilegio nato de la educación de una buena familia. Sin embargo he estado en el abismo de lo que significa mi cuerpo”, platica.
Sobre el padre de Zemmoa, la OEM escribió el 20 de agosto del 2021: “A la edad de 77 años, Rodolfo Becerril Straffon, uno de los cuadros más prominentes del priismo en Morelos y quien también destacó como economista, escritor, articulista y académico, falleció la tarde de este viernes en una clínica médica en Cuernavaca”.
En aquella fecha los principales priistas del país le dedicaron condolencias y tweets por su inteligencia y trayectoria.
Sobre su familia, Zemmoa expresa agradecimiento por acercarla la cultura desde pequeña, cosa que finalmente la llevó a la música junto a las princesas de Disney.
Al PRI, en tanto, por la historia familiar “no lo castiga tanto” como hacen los demás.
Y sobre su padre confiesa que aún está procesando su partida. Dice poco y se queda callada. Sólo comparte que luego de ratos amargos en su casa terminaron aceptando su decisiones profesionales y de vida.
Se detiene más en hablar de los artistas que le han influenciado: Boy George, David Bowie así como las artistas transgénero Honey Dijon y Wendy Carlos.
Particularmente de Juan Gabriel rescata cómo hizo para cantarle al amor de la manera en la que él lo hacía y encontrar al mismo tiempo una conexión con personas completamente diferentes a su forma de ser.
“Las letras de Juan Gabriel vienen desde su dificultad en lo romántico por su identidad como Yo no nací para amar. Juanga para mí ha sido y es alguien extremadamente importante porque el poder de la música pudo sensibilizar hasta el más macho mexicano.
“Gracias a él creo que muchas personas pudieron entender lo que una gente queer vive”, reflexiona Zemmoa, quien lleva tatuado el nombre del Divo de Juárez en el brazo izquierdo.
De todos sus referentes musicales rescata la pelea que llevaron por iniciar espacios musicales para propuestas que se salen de la heteronorma. A ellos les reconoce como antecedentes vitales para que una artista como ella exista.
Y aunque se ha avanzado –dice– aún le cuesta encontrar espacios para que su propuesta llegue a un público más amplio, ya sea por la industria musical o por el mismo consumidor.
Según ella su música no tiene nada que ver con su identidad sexual, el problema es que ésta tiene más peso que su talento y propuesta.
“Muchas veces cuesta más trabajo ponerte la playera de Zemmoa porque piensas que su música es del nicho LGBT+. Y en realidad mi música es creada para los oídos de todos, quien no lo vea así es porque no pueden separar mi identidad.
“Hoy por hoy ya hay más libertad sexual y por eso las minorías empezamos a tener espacios. Sin embargo, todavía es complejo, todavía carecemos de credibilidad y se me hace muy curioso que la gente realmente no deja vivir”.
“Busco que mi música sí sea un negocio, nunca sabes qué tanto va a durar o cómo vaya a ser. Sí busco la masividad aunque no es un deseo del ego, he sido underground toda mi vida y sigo creando como todo artista”.
En el corto plazo la artista ya está ocupada. Esta semana presentará un álbum de remixes de Lo que me haces sentir para promocionar el lanzamiento del vinyl, el cual sufrió retrasos por desabasto.
Para el próximo año lanzará un nuevo álbum y actuará como parte del róster para el festival Ceremonia del próximo abril.
“Viniendo de una persona trans, libre, honesta y confrontativa, lo que sale de mi corazón se plasma en mi trabajo y hay algunos a los que todavía les cuesta trabajo eso.
“Ya estoy empezando a tener sold outs, empiezo a ver tatuajes con mi cara, a ver cómo cantan a todo pulmón en mis conciertos y a tener otro tipo de espacios. Entonces sigo en la talacha de hacer mi música”.