Por mucho tiempo se ha pensado que una alimentación balanceada es aquella que siempre incluye carne e incluso a las personas veganas o vegetarianas se les critica, pues se tiene la creencia de que es necesario el consumo de proteínas de este tipo para mantener el correcto funcionamiento del organismo, sin embargo, en los últimos tiempos esta mentalidad ha cambiado.
Pues factores como el económico han generado que las personas reduzcan el consumo de este producto, pudiendo darse cuenta que su salud no se ve afectada y por el contrario han detectado algunos beneficios, por lo que incluso diversas investigaciones médicas se han dado a la tarea de determinar los efectos que tiene en el organismo y aquí te contamos más al respecto.
¿Cuál es el consumo óptimo de proteínas para el organismo?
De acuerdo con una investigación de la Mayo Clinic, si bien el consumo promedio de proteínas diarias para un adulto es de 50 gramos, estas varían dependiendo de diversos factores como la edad, el peso, la salud, si existe un embarazo, el nivel de actividad, entre otros, pudendo requerirse entre 142 y 198 gramos de estos alimentos para un funcionamiento óptimo.
Lo que puntualizan los médicos es que se puede elegir entre distintas fuentes de proteína para poder alcanzar este gramaje, además de que las dietas centradas en frutas, verduras, granos o cereales, frijoles, arvejas, lentejas y frutos secos, se ven reflejadas en un alto contenido de fibra, vitaminas y otros nutrientes, lo cual también se ve reflejado en un menor riesgo de enfermedad cardíaca.
Según lo que, determinado por los expertos, quienes consumen carne roja tienen un mayor riesgo de morir debido a una enfermedad cardíaca, un accidente cerebrovascular o diabetes, por lo que se recomienda reemplazar aquellos alimentos con proteínas que presenten un alto contenido de grasas sólidas, por opciones más saludables como los mariscos, los frutos secos y las semillas.
¿Se recomienda eliminar el consumo definitivo de carne?
El consejo de los expertos es implementar el consumo de comidas sin carne al menos una o dos veces por semana, esto para evitar una descompensación por un retiro repentino de dichos productos de la dieta, incluso se puede comenzar con un par de cenas sin carne a la semana, sustituyendo por platillos como lasaña, sopa, fideos o ensalada de verduras.
Uno de los consejos es reemplazar la carne por alimentos ricos en proteínas como frijoles en sus diferentes presentaciones, arvejas y lentejas en cazuelas, sopas y ensaladas e incluso añadir platillos como el tofu; por otra parte, en caso de ser invitado y no poder evitar el consumo de un platillo con carne la recomendación es no excederse, eligiendo cortes magros con porciones de 85 gramos.
Finalmente, para poder balancear la comida, un consejo de los expertos en nutrición es que se divida el plato, a manera que la proteína no ocupe más de una cuarta parte del mismo, mientras que la verduras y frutas si deben acaparar la mitrad del mismo, en tanto que los granos y cereales integrales son los que deben ocupar el espacio restante, es decir que la carne no debe ser el protagonista.