Libretas recicladas, mochilas intervenidas, libros adquiridos en bazares o trueques, son algunas de las medidas que madres y padres de familia pueden aplicar para reutilizar, reciclar y renovar los útiles de sus hijas e hijos en este próximo ciclo escolar 2023, así lo sugirió Guillermina López Corral, responsable de Acción Ambiental del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga, SJ de la IBERO Puebla.
A través de un comunicado de prensa, la académica informó que la lista de útiles representa un gasto significativo para las familias, ya que ronda entre los 5 mil y los 10 mil pesos, dependiendo del nivel educativo y si son escuelas públicas o privadas. El precio se multiplica cuando se tiene que comprar artículos escolares para más de un hijo.
Además del impacto a la economía de las familias, las repercusiones ambientales de comprar y desechar útiles escolares cada inicio de ciclo son preocupantes, por lo que López Corral, dijo que se tienen que generar cambios en la cultura para dejar de replicar los patrones de descarte.
Su principal sugerencia es ayudar al medioambiente reciclando o dando una segunda vida a los útiles del ciclo escolar pasado. “Se estima que la industria papelera se lleva alrededor del 70 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono. De hecho, es una de las industrias que generan mayor impacto al medioambiente (…) para la creación de una libreta, se tuvieron que talar, transportar y procesar químicamente al menos 2 mil árboles”, lamentó,
Consejos para rehusar libretas, lápices y mochilas
Para las libretas que no se terminaron, aconsejó utilizar las hojas en blanco y encuadernarlas. Incluso se pueden personalizar con costuras estilizadas en el lomo o adornar las portadas al gusto de cada persona.
Para los lápices es que se usen hasta su último centímetro; las virutas también pueden ser aprovechadas para hacer un abono casero o para ahuyentar plagas del jardín. Esta parte de los lápices, explica la experta, es especialmente biodegradable y aporta nutrientes a las plantas.
Sobre las mochilas, recomendó darles una segunda vida y personalizarlas con bordados, pinturas, botones, retazos de tela y otros artículos que puedan estilizar este artículo esencial. Incluso, puede ser un momento de recreación y convivencia entre madres, padres e hijos.
“Rediseñar o intervenir las mochilas o libretas que ya no utilizamos puede ser también una forma divertida, consciente, creativa y solidaria de hacer comunidad, de hacer vínculos y de generar cambios en nuestra cultura que son muy necesarios”, destacó.
De igual modo, los grupos de trueque o donación son ideales para esos artículos que ya no son útiles para el día a día, o que simplemente ya no son del gusto del estudiante. Ya sea a través de redes sociales o en eventos dirigidos al intercambio solidario, los padres y madres pueden encontrar útiles en buen estado y donar todo lo que ya no usen sus hijos.