Rubén y Leonardo son dos traileros que llevan más de una década manejando unidades de carga por todo el país; en ese tiempo, aseguran, no han visto nada igual a lo que ocurre en Puebla ya que, consideraron, es el estado con mayor inseguridad, al menos en su paso por la autopista México-Orizaba, incluso la desconfianza que hoy tienen ya es hacia todo tipo de personas, incluso, vendedores ambulantes.
Si bien en un inicio los Arcos de Seguridad representaban un lugar tranquilo para descansar o dormir, hoy para ellos ya no es así, pues aseguran que, sin importar la presencia de la policía, los delincuentes, dicen, han cometido robos y asaltos; para los trabajadores del volante, últimamente el tramo que va de Amozoc a Esperanza, es el de mayor conflicto.
Receloso y con cierto grado de desconfianza, tras múltiples intentos de hablar con conductores de unidades de carga, Leonardo, de 40 años, accedió a platicar con El Sol de Puebla narrando cómo ha sido enfrentarse a la inseguridad y la delincuencia en todo el tiempo que lleva conduciendo tráileres.
Desde su vehículo de trabajo, Leonardo compartió que tiene 15 años trabajando como trailero y en su andar por varios estados de la República, no ha visto tanta delincuencia o asaltos contra su gremio como lo ve en Puebla, colocándola en primer lugar de inseguridad, según su perspectiva y experiencia, pues tan solo en Culiacán, Sinaloa, dijo, todo está más controlado.
“No es hablar bien ni mal de un lugar o de otro, pero yo pondría a Puebla en el lugar número 1 de inseguridad, porque la verdad, por ejemplo, por allá en Culiacán, Sinaloa, no se ve lo que aquí; es diferente, allá está bien controlado, no se meten contigo y si te ven descompuesto, al contrario, te ayudan”, aseguró.
Delincuentes usan metralletas, luz láser y equipo táctico
La primer mala experiencia para este conductor fue en el municipio de Esperanza, donde sujetos con metralletas y luz láser, chalecos antibalas y equipo táctico, le salieron al paso e intentaron robarle el tráiler que manejaba, sin embargo, al ver que se trataba de un cargamento de papayas, decidieron dejarlo ir sin hacerle nada.
“Ahí en donde le llaman la Esperanza (municipio) intentaron quitarme un tráiler, pero ya no les interesó la mercancía que yo traía y me dejaron ir; ellos por lo regular lo que buscan es el abarrote y yo traía papaya de Tapachula, Chiapas. En esa ocasión salieron unos sujetos armados con chalecos antibalas y metralletas con rayo láser color verde”, narró el entrevistado, quien reafirmó otros modus operandi de los delincuentes en la autopista México- Orizaba, como la colocación de piedras u otros objetos para pinchar las llantas de las unidades y obligar a los conductores a detenerse y así asaltarlos.
Debido a esta situación y a la inseguridad que viven en general del tramo de Huejotzingo a Esperanza, los operadores de unidades de carga ya no confían en nadie, ni en los vendedores ambulantes; incluso, su reglamento les impide subir a otras personas.
Arcos de seguridad ya no son garantía
Respecto a la funcionalidad de pararse a comer, dormir o descansar en los Arcos de Seguridad del estado, Leonardo señaló que al principio les daba cierta tranquilidad detenerse en dichos puntos, sin embargo, ahora ya no es así, pues han sabido de compañeros a los que los han asaltado ahí mismo sin importar la presencia de la policía, por lo que lo mejor para ellos es salir en convoy.
“Ya no es tan seguro, aquí también han venido por los carros los delincuentes. Ahorita la mayor seguridad es que andemos en convoy a ciertas horas, todos salimos juntos, así vayamos a otras rutas y nos lleva la custodia”, explicó Leonardo, quien agregó que incluso tienen prohibido circular de noche, a partir de las 6 de la tarde por el Arco Norte.
Acusó que es poca la vigilancia policial, además de que ahora ya no saben de quién fiarse, pues considera que muchas veces, la misma policía o las autoridades, están coludidas con los ladrones, ya que cuando intentaron asaltarlo había federales de Caminos y solo se rieron de él.
“Cuando me quisieron quitar el vehículo en Esperanza, estaban los federales de Caminos y nada más se empezaron a reír, a veces uno ya no sabe ni en quién confiar; es muy raro que haya vigilancia, ya cuando pasa algo es cuando llegan, pero hay ocasiones donde pasamos y no vemos a nadie”, aseveró el operador de tráiler.
Monitoreo y paradas autorizadas, medidas de seguridad
Al verse desprotegidos por la policía, Leonardo dijo que la única seguridad que tienen es que todo el tiempo son monitoreados y si después de 10 ó 15 minutos no responden, entonces la empresa solicita el apoyo de la Guardia Nacional (GN).
Para comer solo se detienen en paradas autorizadas, aunque por lo regular ya deben llevar comida o aunque sea galletas para evitar detenerse.
En este sentido, el entrevistado destacó que a pesar de los años que lleva como trailero, aún no se acostumbra a la inseguridad; su familia sabe el riesgo que hay en su trabajo y no le queda más que encomendarse a Dios.
“No me he acostumbrado a la inseguridad, pero siempre me encomiendo a Dios, que se haga su voluntad, la familia también ya sabe el riesgo que lleva uno”, exclamó.
Finalmente, Leonardo consideró que la implementación de operativos de vigilancia en la citada autopista solo lo hacen por un rato y después las cosas vuelven a estar igual, por lo que hizo un llamado a las autoridades para que realmente hagan su trabajo y vigilen la vialidad.
Tráfico por obras coadyuvan a la delincuencia
Por su parte, Rubén, de 45 años, lleva 25 detrás del volante de unidades de carga; narra que a él ya lo han asaltado y que las principales tácticas de los delincuentes que ha detectado, es la colocación de piedras, trozos de madera u otros objetos para que los neumáticos se averíen y de esta manera puedan atracarlos.
Al igual que el primer entrevistado, coincide en señalar que el tramo más conflictivo de la autopista es de Amozoc a Esperanza, donde incluso, comparte, varios de sus compañeros ya fueron asaltados, incluso en medio del tráfico que se genera por diversas obras constantes que se realizan en la autopista.
“Los tramos más complicados son los de Amozoc y Esperanza, además del caos vial de la autopista en Puebla, debido a sus constantes obras; es un terror porque ahí mismo te asaltan, a mí me han asaltado, los delincuentes colocan piedras o hasta troncos en el camino; en otras ocasiones te amagan con pistolas o usan retenes falsos. A mis compañeros los han privado de la libertad, les han quitado los zapatos y se los llevaron al monte, antes confiabas en los Arcos de Seguridad, pero ahora ya no confiamos tanto, porque aun durmiendo y habiendo patrullas, nos han robado hasta neumáticos o autopartes”, denunció Rubén.
El hombre de 45 años indicó que la única forma de protegerse es no detenerse y llegar a paradas autorizadas, además de hacer caso a las indicaciones de su empresa que siempre los vigila y con quien deben estarse reportando cada cierto tiempo.
Por cuanto hace al acompañamiento policial de algunos municipios o del estado, el declarante aseveró que realmente no sirve de mucho ya que es demasiado papeleo y pérdida de tiempo que les afecta en sus recorridos, por lo que prefieren tomar sus propias precauciones.
Rubén también opinó que hace falta más vigilancia, pero que la policía de cualquier corporación que sea, de verdad se comprometa con su trabajo, porque en lugar de cuidar, luego acaban por pedirles dinero o extorsionarlos.
Así como Leonardo sale a carretera pidiendo no caer o ser víctima de la delincuencia.