Bien intencionadas, las secretarias de Medio Ambiente y de Movilidad y Transporte, Beatriz Manrique Guevara y Elsa Bracamonte González, respectivamente, así como el encargado de la Agencia de Energía del estado de Puebla, Emilio Barrera, participaron en un foro sobre Biomovilidad Sustentable que tuvo como supuesto propósito promover el uso de energías limpias en la entidad. Sin embargo, sin darse cuenta, pudieron haber hecho lo contrario.
Después de que la Comisión Reguladora de Energía y la Suprema Corte de Justicia de la Nación cerraran la puerta al etanol para emplearlo en las gasolinas del país, con el argumento de que contribuiría a empeorar la calidad del aire, los promotores del uso de este compuesto químico tienen al gobierno de Puebla como uno de sus objetivos para tratar de revertir los fallos en su contra.
Esos promotores tienen su sede en Estados Unidos y operan en México a través de la Asociación para la Movilidad con Biocombustibles, que a su vez sirve como brazo del US Grains Council, una oficina estadounidense que tiene como propósito desarrollar mercados de exportación para la cebada, el maíz, el sorgo y co-productos relacionados, incluyendo los granos secos de destilería con solubles y el etanol, de aquel país.
Esa Asociación convocó al evento celebrado con las autoridades locales porque busca que influyan con las federales para revertir el rechazo al compuesto en las gasolinas.
Ahí estuvo Galo Galeana Herrera, coordinador general, quien tiene la misión de hacer cambiar de opinión, entre otros, a la secretaria de Energía, Rocío Nahle, y al director general de Pemex, Octavio Romero.
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La diputada local del PT, Nora Merino Escamilla, debe estar preparando un acto de informe de labores a lo grande y por eso quiere encargarse ella misma de que los invitados de primerísimo nivel estén ahí.
El viernes pasado aprovechó la comilona convocada por el gobernador Miguel Barbosa en Tehuacán, con motivo del arranque de la temporada del mole de caderas, para entregar las invitaciones impresas a varios de los integrantes de la clase política, ahí presentes.
Nora Merino se apersonó con los miembros del gabinete de Barbosa, uno por uno, para entregarles el documento y pedirles que la acompañen a su magno evento, que se realizará por la tarde del 26 de octubre en un salón social de San Pablo Xochimehuacan.
La diputada local, que consiguió la reelección en el proceso electoral de 2021, fue primero a la mesa donde se encontraban Olivia Salomón, de Economía; Beatriz Manrique, de Medio Ambiente; Marta Ornelas, de Turismo, y José Antonio Martínez, de Salud.
Después recorrió más mesas, en busca de asistentes a su próximo informe de labores.
El hecho habría pasado inadvertido si no hubiese sido porque la diputada hizo la repartición de las invitaciones durante la comida, cuando los comensales convocados por Barbosa todavía no terminaban el primer plato de sopa, antes de pasar al tradicional mole.
El gesto de Merino fue, según expresaron algunos de los asistentes, incómodo.
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¿El ayuntamiento de Puebla tiene infiltrado al movimiento feminista del estado?
Eso es lo que puede concluirse después de escuchar una parte de la comparecencia del secretario de Gobernación municipal, Jorge Cruz Lepe, con los integrantes del Cabildo.
Hasta tres trabajadoras de esa dependencia se insertaron en grupos de colectivas feministas desde el pasado ocho de marzo, informó el propio Cruz Lepe, quien además sostuvo que de los 33 grupos que se tienen identificados en la ciudad, al menos cinco son “radicales”.
Solo la regidora Vanessa Rendón comprendió lo que dijo el servidor público, que en cuanto pudo le reprochó su actuación.
El tema se perdió luego entre muchos otros que abordó la comparecencia, pero seguramente en los días por venir habrá reacciones de los grupos feministas, que en el pasado ya habían acusado al ayuntamiento de Puebla de infiltrar el movimiento para espiarlas.
