Reformar a una institución tan compleja y burocrática como lo es el Instituto Nacional de Migración (INM) no se logra de la noche a la mañana por lo que no le alcanzará el tiempo al presidente Andrés Manuel López Obrador para hacer los cambios que sugiere, advierte Mauro Pérez, presidente del Consejo Ciudadano del INM.
Pérez platicó con El Sol de México sobre las necesidades que requiere la dependencia, a cargo de Francisco Garduño, luego del incendio en la estación migratoria de Ciudad Juárez que provocó la muerte de 40 migrantes y puso al INM en medio de críticas y señalamientos de organizaciones internacionales, como la ONU, por las condiciones y tratos que reciben los migrantes.
¿Cuál es la situación del INM luego del incendio en la estación migratoria de Ciudad Juárez?
Estoy muy preocupado, estoy frustrado, contrariado y hasta desesperado porque veo al instituto en la misma dinámica.
Pensé que se tomarían acciones drásticas, que la dependencia daría un giro de 180 grados, acciones contundentes, pero no.
Seguimos detectando las mismas prácticas, hasta hoy no percibimos un cambio sustancial.
¿El Presidente busca desaparecer al Instituto Nacional de Migración?
Realmente no sabemos, no entendemos lo que quiere hacer porque no se nos ha proporcionado nada de información.
Nos ha ignorado, pero en breve vamos a solicitar oficialmente se nos proporcione toda la información sobre las reformas que piensa hacer en el instituto y que como sociedad tenemos derecho a conocer.
Ni siquiera entendemos de qué se trata, porque al principio se manejó como la creación de un Consejo Consultivo a la parr del instituto y ahora el discurso hace entender que la Coordinación Nacional de Asuntos Migratorios y Extranjería (Conmexico), que encabezaría el padre Alejandro Solalinde, sustituirá al instituto, lo cual nos preocupa porque sería una decisión sin consultar a la sociedad civil.
¿Que necesitaría el instituto para superar la crisis y sea un instrumento que realmente funcione para la protección de los migrantes?
Primero, quitar la perspectiva militarque el INM adquirió con este gobierno (…) y la política migratoria no debe estar bajo un enfoque militar. Incluso hay algunas oficinas de representación del instituto en el país con mandos militares.
Segundo, garantizar el acceso de monitoreo a las estaciones migratorias de organismos internacionales y sociedad civil, algo que se ha pedido hasta el cansancio pues las organizaciones llegan a las estaciones migratorias y entonces les dicen que la población ya se fue o está ocupada y ya no se permite el acceso.
Otra cosa en que hemos insistido es en mejorar las condiciones de los agentes migratorios porque siguen ocurriendo muchísimos actos de corrupción en el instituto por las condiciones laborales en las que se encuentran. No nos cansaremos de denunciar que estas condiciones son un detonante de que no cubren con el perfil.
Por ejemplo, detectamos que los oficiales de protección a la infancia son administradores, contadores, están deteniendo a migrantes por la mañana y en la tarde asumen el papel de oficiales de protección a la infancia.
Si el Consejo no ha sido consultado, ha sido ignorado, ¿qué pasará con su organización en una reforma?
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Dudo mucho, es una percepción personal, que las reformas o esta comisión que encabezaría el padre Solalinde como está planteando el Presidente, se hagan en el corto plazo. De que el Instituto Nacional de Migración puede desaparecer, puede, pero no creo que sea en este año o en el que venga. Nosotros vamos a seguir trabajando.
¿Consideran al padre Solalinde una persona capaz de encabezar la transformación del INM?
Si bien es un gran luchador por los derechos de los migrantes, la reforma al instituto debe ser integral y no responsabilizar a una sola persona.