Eduardo Rivera Pérez ha comenzado a volverse noticia monótona cuando de dilucidar el futuro electoral del estado se trata. Seguramente porque se ha convertido en el precandidato a gobernador más anticipado de los tiempos recientes. Si se pregunta quién será la carta del PAN para competir en la sucesión de Miguel Barbosa Huerta no hay más respuesta que el nombre del edil, pronóstico que ha sido reconfirmado el lunes en el informe del Centro de Convenciones.
Solo faltaba saber si el presidente municipal de Puebla estaba en condiciones anímicas para ir a un proceso electoral que a la distancia se presume sumamente reñido. Sí lo está. Los invitados al primer informe de su segundo periodo de gobierno entendieron bien un mensaje que fue muy claro: sí quiere ser candidato a gobernador y seguramente lo será, porque tiene de su lado al dirigente nacional del partido en el que milita y en la bolsa a la presidenta estatal.
Resuelto el enigma, los oyentes del informe convertidos en comensales pasaron a un siguiente nivel en la discusión. Interesados en el tema político de moda: la sucesión de gobernador del año 2024, retomaron la pregunta que hay que hacer: ¿quién será el competidor de Eduardo Rivera, por Morena y la 4T?
Terminado el acto protocolario, los invitados del presidente municipal pasaron a un salón anexo del inmueble ubicado en el Paseo de San Francisco para degustar los alimentos preparados para la fiesta.
Familiares y amigos del edil, políticos, empresarios, líderes sociales, colaboradores del ayuntamiento y representantes de los medios de comunicación tuvieron cabida ahí.
Las pláticas abiertas y ruidosas abordaron asuntos triviales, cotidianos, poco comprometedores, pero algunas otras, más cuidadas y quisquillosas, versaron alrededor de la sucesión, que al fin y al cabo acababa de ser puesta sobre la mesa por el anfitrión, en su discurso.
En una de esas mesas se hizo incluso un sondeo para tratar de dar con la probable identidad del futuro candidato a gobernador de la 4T, con todo y disertaciones que pretendían explicar los motivos que llevaban a pronunciarse por uno u otro nombre.
Después de algunos minutos acalorados los comensales llegaron a tres conclusiones.
Una, que el aspirante más aventajado es Alejandro Armenta Mier, quien, sin embargo, tiene en su contra esa estrecha relación con Ricardo Monreal que puede ser motivo determinante para negarle la candidatura.
Dos, que el abanderado sería José Antonio Martínez García, secretario de Salud, si y sólo si la decisión recayera por completo en la persona del gobernador.
Y tres, que, pese al veto del mandatario nacido en Zinacatepec, Ignacio Mier Velazco podría ser el abanderado de Morena a partir de una eventual, y nada descabellada, imposición presidencial.
Si se concretara este último escenario, el de ‘Nacho’ Mier candidato a gobernador, y esa es ya una apreciación personal del columnista, Eduardo Rivera se volvería de facto el candidato del gobernador. ¿Alguien que haya estado en el informe lo duda?
Twitter: @jorgerdzc
