Una familia que viajaba de Estados Unidos a tierras poblanas a bordo de una camioneta cargada de electrodomésticos, juguetes y ropa, sufrieron un atraco violento por sujetos armados quienes se hicieron pasar por militares, sobre la autopista Atlixco-Puebla, con destino a Izúcar de Matamoros.
Edgar N., Acelia y su familia narraron para El Sol de Puebla, el terrible episodio que vivieron, pues habrían salido desde la semana pasada de Estados Unidos, y cruzaron la mayor parte del país a bordo de una camioneta negra, cargada de muchas cosas, pues también se dedican a enviar y traer cosas del país vecino con destino a Izúcar de Matamoros.
Sin embargo, al tomar la autopista Puebla-Atlixco, en el kilómetro 20 con límites del municipio de Atlixco, fueron interceptados por una camioneta con luces de emergencia y hombres enmascarados, quienes estaban vestidos como militares, estos les pidieron que detuvieran el motor y se bajaran de la camioneta.
Los sujetos pidieron sus documentos originales como visa americana, ID entre sus pertenencias de valor, posteriormente con armas largas empezaron a golpearlos y los obligaron a retirarse de la zona y estar cerca de un barranco, mientras que otros cómplices más lograron llevarse la camioneta de la familia, sin importarles la presencia de menores de edad.
La familia quedó varada por horas, hasta la llegada de la Policía Estatal quienes realizaron las diligencias correspondientes y un operativo, que solo duró un par de minutos, pues informaron que no había rastro de los sujetos encapuchados, aunque sí levantaron la denuncia.
Por ahora, la familia clama desesperadamente por recuperar sus documentos, para iniciar la denuncia al país americano, y de esta manera solicitar el apoyo de las autoridades para poder retornar a Estados Unidos.
A esta familia de migrantes mixtecos no solo les arrebató bienes materiales, sino que también les quitó su paz y seguridad, pues un retorno que debió ser de alegría y esperanza, se tornó en una pesadilla llena de abusos junto con agresión física y psicológica, la cual llenó de indignación a toda la ciudadanía izucarense.