El vino es una de las bebidas más selectas del mundo, al grado que existen expertos que tienen la tarea de calificar desde la cosecha de la que se obtuvo la uva, hasta el resultado del producto final e incluso determinar los platillos con el que una copa puede ser acompañada, por lo que siempre se ha pensado que para ser considerado como uno de los mejores debe tener un alto costo.
Lo cierto es que nada tiene que ver el precio por el que puede ser adquirido o por lo menos así lo demostró una botella con un costo de 50 pesos que logró “colarse” en un concurso internacional sin imaginar que podría coronarse con la medalla de oro frente a una gran variedad de vinos de gama alta, pero, ¿qué características de esta bebida permitieron que esto ocurriera?
¿Cuelan botella de vino “barata” como una broma?
Fue un grupo de periodistas franceses quienes decidieron jugarle una broma durante un concurso internacional de vinos de lujo a los jueces con el envío de una botella de muy baja calidad que adquirieron en un supermercado, mismo al que le cambiaron la etiqueta para despistarlos.
Una vez concluido el certamen, Radio Télévision Belge de la Communauté Française (RTBF) decidió revelar que fue su programa “On n’est pas des pigeons” el que tomó la iniciativa de participar en dicha competencia gastronómica con una botella piquette, como se describen a aquellos productos de esta categoría que se realizan con los sobrantes de otras producciones.
De acuerdo con el propio medio, la determinación de esta participación se dio como un experimento luego de que el sommelier belga Eric Boschman afirmó que existen concursos anglosajones que solo están diseñados para ganar dinero, pues el costo para participar es elevado, pues implica desde una inscripción hasta un traslado y sólo se obtienen “medallas de chocolate”.
¿Por qué ganó la botella de vino más barata?
Previamente el medio organizó una cata con el especialista Eric Boschman a fin de determinar cuál era la peor botella, la cual fue conseguida por un costo de 2.50 euros, menos de 50 pesos, misma a la que se le cambió la etiqueta por una con el nombre ficticio de “Le Château Colombier”, además de realizar un análisis para que aspectos como el grado de alcohol y azúcar estuvieran en orden.
Posteriormente fue en el concurso internacional de Gilbert et Gaillard, el cual data de principios de la década de los 90 y donde para participar tuvieron que pagar 50 euros, es decir más de 900 pesos, que, tras una serie de pruebas, en su sitio web compartieron a los ganadores de su competencia, dentro de los que se coló “Le Château Colombier” con una medalla de oro.
Finalmente, sobre la descripción que le dieron a esta bebida fue “Color rojo granate brillante. Nariz tímida que combina fruta de hueso, grosella y roble discreto. Suave, nervioso y rico en boca, con aromas limpios y juveniles que prometen una gran complejidad. Se desarrolla en finas especias y un toque de hollín. Muy interesante”, por lo que determinaron que ganar esta presea se pudo deber a una falta de rigor en la evaluación, pues los jueces suelen ser una mezcla de aficionados y especialistas.