Uno de los elementos más importantes de un auto es el aceite de motor, pues asegura un óptimo funcionamiento de la máquina, evitando daños por la fricción de sus componentes, pero este no es eterno, pues debido a los procesos a los que se somete se quema e incluso disminuye con el paso del tiempo por lo que es necesario sustituirlo con periodicidad.
Lo primero que hay que puntualizar es que son dos factores los que se deben tomar en cuenta para tomar la decisión del cambio de aceite, el tiempo y el kilometraje, pues estos hacen que el aceite se descomponga y por consiguiente pierda su efecto lubricante, además de que el tipo de aceite también varia dependiendo de cada tipo de vehículo.
¿Cuándo se debe cambiar el aceite a un auto?
Pese a que cada automóvil también tiene un intervalo específico para el cambio de aceite, existe una norma general que aplica para la mayoría de los vehículos con respecto a este proceso, la cual indica que se tiene que realizar después de haber recorrido por lo menos 8 mil kilómetros, aunque se puede esperar hasta los entre 12 y 16 mil kilómetros.
En caso de que este kilometraje máximo no sea alcanzado, el límite de vigencia que puede tener el aceite es de seis meses, además, otra manera de confirmar si es momento de cambiar este aditivo, consiste en verificar la varilla medidora para revisar si su color es oscuro lo que es un indicativo de que se debe realizar este servicio.
Asimismo, si se trata de vehículos de más reciente manufactura, algunos pueden contar con una luz de cambio de aceite y la recomendación de los expertos es la utilización de aceites sintéticos, debido a que ofrecen una mejor lubricación. En estos casos su cambio es en un intervalo de tiempo más amplio.
¿Cuáles son las consecuencias de no realizar el cambio de aceite?
De acuerdo con los especialistas, el no realizar el cambio de aceite en los tiempos establecidos puede generar que las estructuras químicas de este elemento se descompongan y pierda eficacia, generando una mayor fricción y por consiguiente mayor calor, causando que el motor funcione con menos eficiencia e incluso termine “destruido”, al grado de ser necesario reemplazarlo.
Aunado al hecho de que se acorte la vida útil del vehículo, se suma la problemática de que el motor funcione con deficiencias puede generar también que exista un mayor gasto de combustible; cabe puntualizar que la idea de simplemente agregar aceite sin realizar un cambio es un error, pues la suciedad y la mugre se acumulará en el motor.
Finalmente, es importante considerar que el único sitio en el que se debe encontrar el aceite es en el motor, por lo que en caso de que se detecte en otras zonas del cofre del automóvil es importante que se realice una revisión técnica para detectar alguna fuga, pues un nivel bajo de este fluido puede traer problemas pese a que se realicen cambios periódicos.