“Estamos capacitados para competir”, aseguró Nicolás Larcamón hace una semana cuando sabía las Águilas del América se tratarían de su pareja de baile en la Fiesta Grande. Dos partidos después, Puebla y Larcamón ni siquiera existieron en los cuartos de final tras caer en la eliminatoria por marcador global de 11 por 2 después de perder el sábado en el estadio Azteca 5 por 1.
Luego del 6-1 histórico azulcrema del miércoles en el Cuauhtémoc, la segunda unidad del conjunto de Coapa volvió a dejar de manifiesto su superioridad sobre Puebla en la vuelta en Coapa.
Sí, Fernando “El Tano” Ortiz se reservó a muchos de los titulares aprovechando la amplia ventaja lograda en el primer juego. Pero en el cierre de la eliminatoria dejó en claro su fidelidad a las palabras enunciadas en la rueda de prensa posterior al duelo de ida sobre ir por más.
Luego entonces América siguió lastimando a Puebla con presión alta en la vuelta en el Azteca marcándole goles de todos colores y sabores con Brian Rodríguez cruzando a Antony Silva a los 21 minutos; Henry Martin alcanzando las tres anotaciones en la eliminatoria haciendo el 2-0 el sábado en El Nido, donde la fiesta por los 106 años del club se extendió.
Puebla presumió minutos de vergüenza. La realidad se antojaba complicado recuperar al equipo tan rápido después de una humillación que tardará tiempo en olvidarse; sin embargo, el equipo mostró amor propio con Maxi Araújo avisando tras un robo y luego rematando apenas por fuera.
Después, Federico Mancuello trató de levantar el ánimo, pero a su intento desde la larga distancia se le atravesó la horquilla para hacer la losa más pesada en Coapa, en la Liguilla.
Con todo y eso Araújo trató de competir, le robó en la salida el “dulce” a Néstor Araujo y luego con Paco Memo únicamente por delante batió a éste tirándole una vaselina. El tanto era para enmarcar, pero lastimosamente la estética sólo vale hasta ahora un gol en el futbol.
América fue lo único que permitió, pues en la reanudación hubo más castigo con un disparo de media distancia de Roger Martínez para el 3-1 y otro más de Álvaro Fidalgo. La diana del español servía para el récord de un marcador global para una fase de cuartos de final.
Sin embargo, un penal cometido por Federico Mancuello sobre Bruno Valdés a 10 minutos del final fue el bueno para imponer o ampliar la nueva marca de goles en cuartos. El cobro corrió a cargo de Miguel Layún, quien batió esquinado a Antony Silva.
Las Águilas vuelan alto en la Liguilla y dejaron en claro que lo sucedido a mitad de semana no se trató de un accidente ni tampoco se dio por casualidad.
El americanismo presume más de una razón para sacar el pecho y pregonar su máxima, “ódiame más”. Hoy hay motivos para hacerlo y si bien en la otra ronda el nivel de dificultad aumentará, encarará el siguiente reto capacitado para competir porque las palabras las respalda con calidad y ante todo hechos.
Puebla volverá a casa humillado, menos mal hay tiempo para planificar lo venidero. Aunque da la impresión de hacerlo sin Larcamón en el banco, más por lo dicho por el técnico en últimas semanas que por contrato… tal vez esto sea porque se ha cumplido un ciclo.
Pero tiempo al tiempo, porque tomar decisiones con el estómago –si es que éstas llegan- no es positivo en una industria como el futbol y Puebla es ante todo una empresa con ganas de ser exitosa. Mucho de eso se debe a Larcamón, viene bien se lo piense el técnico y el club… porque hasta ahora el combo ha rendido dividendos.