Conocí a Ely Rafael Primera Rossell, Alí Primera, un cantautor venezolano que murió el 16 de febrero de 1985 con tan solo 44 años, gracias a la conversación en familia con mi sobrino Rafael, sobre el significado de la revolución y la justicia revolucionaria para quienes profesan pensamientos de izquierda revolucionaria. De familia numerosa de 11 hermanos y sumidos en la pobreza, Alí se abrió paso para aprender a leer y escribir a los 10 años y después ingresar a la Universidad Central de Venezuela (UCV) donde se inscribió en el Partido Comunista de Venezuela.
No se graduó de ingeniero del petróleo que estudió en la Universidad Politécnica de Bucarest, gracias a una beca que le dio el PCV en 1968, “para no contribuir con las compañías petroleras trasnacionales y fue como se dedicó a la música y a la lucha política; grabó 13 discos LP y participó en festivales y presentaciones en fábricas, sindicatos y en la misma UCV, entre 1970 y 1980.
La “Canción Necesaria” como la denominaba, era la canción de ideologización activa, con contenido político de fondo para la concientización, la organización del pueblo y la toma del poder, sus letras eran “panfletarias, contestatarias, rebeldes, agitadoras y militantes”, muy diferentes a la poesía de la nueva trova cubana, como el mismo refirió en 1977. Participó en el Concierto por la Paz en Centroamérica en 1983 en la Plaza de la Revolución de la ciudad de Managua, capital de Nicaragua, con otros importantes trovadores latinoamericanos como Mercedes Sosa, Silvio Rodríguez, Amparo Ochoa, Gabino Palomares, los hermanos Mejía Godoy y Daniel Viglietti.
“Comandante Amigo”, “No basta rezar”, “Techos de cartón”, “Yo no sé filosofar”, “Panfleto en una nota”, “Otra vez”, “Cuando las águilas se arrastren”, “Canción para los valientes”, “Cunaviche adentro”, “José Leonardo”, “La Patria es el hombre”, “La guerra del petróleo”, “Ahora que el petróleo es nuestro”, “Esquina Principal”, “Los que mueren por la vida”, “Canción mansa para un pueblo bravo”, “Al pueblo lo que es de César”, “La noche del jabalí”, “Don Samuel”. Homenaje al Che Guevara, apoyo a las víctimas de la dictadura chilena, contrapuesto a la modernización producido por el comercio y el turismo, crítica a los terratenientes, dedica su canto al campesino venezolano, contra la política exterior norteamericana que participaba en guerras y habían creado armas de destrucción masiva, protesta por la muertes e injusticias del régimen dictatorial de Haití, en apoyo a las fuerzas revolucionarias del Frente Farabundo Martí de El Salvador, ciertamente su voz enarboló los valores revolucionarios de la época.
Su muerte temprana por causa de un accidente automovilístico no le dio la posibilidad de ver cómo se transformaron los personajes revolucionarios en lo que siempre combatió: el poder totalitario y esclavista de los más desprotegidos. ¿Qué cantaría para un Hugo Chávez que del 2 de febrero de 1999 se perpetuó en el poder hasta su muerte en 2013, mientras hay miles que huyen de la miseria en la que está sumido el país ahora? ¿Qué cantaría para Daniel Ortega que en Nicaragua transgrede los derechos de libertad religiosa y los de sus opositores, hasta prácticamente aniquilarlos en prisión? ¿Qué cantaría para los gobiernos de izquierda que llegaron al poder y que revierten sus luchas por el pueblo para mutar a “nueva clase política” corrupta?
José Millet, autor de “Alí Primera Biografía Documentada y testimonial”, hace patente el pensamiento genuino del cantor del pueblo, como lo llamaron. Las ideas revolucionarias que son ideales en sí, letras con melodiosos ritmos que hacen sublime lo que en la realidad es grotesco cuando la revolución se aplica a la política. Vale la pena escuchar la Entrevista de Alí Primera con Porfirio Torres (youtube) para comprender una visión auténtica del compositor que no tuvo la oportunidad de continuar la crítica, esa que alcanza a la perversión política de izquierdas y derechas porque la corrupción no distingue partidos. Mientras tanto, feliz Año 2024 con renovada esperanza para vivir mejor.