El Obelisco de Buenos Aires se llenó de argentinos que festejaban el triunfo de Javier Milei, el candidato de derecha sorprendió con su triunfo y causó una reacción enorme que emuló la algarabía de hace un año por la tercera Copa del Mundo para la albiceleste.
La primavera en Buenos Aires justamente aparece estos días, como complemento cálido a un gran ánimo que tiene un país que algún día fue rico y próspero.
Personalmente tengo un cariño a nuestros hermanos rioplatenses y obviamente también quiero a mi México, precisamente por eso quiero señalar estas prácticas que están muy lejos de ser una solución real, pero que son bien vistas por una buena parte de la población.
Tenemos que empezar señalando que América Latina nunca se ha distinguido por tener buenas democracias, más bien nuestra historia está llena de dictaduras, golpes de estado y simulaciones en materia electoral. También debemos aceptar que la corrupción y la división interna han sido factores comunes, lo cual limita mucho el desarrollo de los países, más aún ese sueño bolivariano de tener una Latinoamérica unida, el cual es, por decirlo del modo más amable, una fantasía infantil.
Argentina tuvo la primera economía mundial a finales del siglo XIX, manteniéndose dentro de las potencias, hasta que llegó Juan Domingo Perón a despilfarrar los recursos nacionales, regalando populistamente el dinero, en aras del beneficio del pueblo, dando como resultado una debacle económica que sigue vigente, amén de la historia de las dictaduras militares y otras cosas negativas.
El próximo mandatario ha prometido que quedarán atrás los tiempos en que las administraciones gubernamentales sean fuente de riqueza para unos pocos, lo cual me parece muy utópico, recordando que, como sucede en nuestro país, los políticos operan bajo la directriz del lucro en nombre del pueblo, así que no creo que eso cambie.
El futuro inquilino de la Casa Rosada anuncia la dolarización de la economía y la privatización de diversos sectores. En el primer caso el riesgo está en que Argentina con cuenta con reservas de dólares suficientes, 21 mil 102 millones, además de que una parte importante de ese recurso es para pagar la deuda externa, con lo cual quizá no haya suficiente liquidez y esto ocasionaría un nuevo “corralito”, es decir, que los ciudadanos no pudieran disponer de la totalidad de sus recursos. En cuanto a lo segundo, creo que un estado debe tener empresas y activos, Argentina ya privatizó su petrolera hace años (YPF) y realmente no tuvo qué empeñar para solventar la crisis, a diferencia de México que tuvo en Pemex, aun con sus grandes defectos, una garantía para poder acceder al préstamo por parte de EU después del error de diciembre, sin el cual no sé cómo estaríamos.
Desgraciadamente la gente cada vez es más ignorante y prácticamente puede creer en lo que sea, cada vez son más comunes los fraudes, anuncios esotéricos y hasta la venta en tv abierta de la réplica de la supuesta milagrosa Cruz del Buen Pastor, utilizada por el Papa Francisco. Es cierto que necesitamos fe para seguir adelante, pero vemos que se pueden expresar promesas manifiestamente incumplibles y la gente las cree porque les gustaría que fueran verdad, así como sucede con alguien enamorado que no ve defecto alguno en su pareja.
Desgraciadamente la fórmula de mentir sistemáticamente y negar lo evidente ha dado muy buenos resultados electorales, por lo cual seguirá siendo utilizada por aquellos que desean acceder al poder. De verdad espero que Argentina vuelva a ser potencia y México algún día lo sea, pero en las circunstancias actuales, eso es como esperar que Santa Claus me traiga un automóvil deportivo. Hasta la próxima.
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