Reabrirán caso de Carlos por homofobia y serofobia en empresa poblana – El Sol de Puebla

Luego de más de tres años de emprender una batalla legal, de tocar varias puertas y buscar apoyo para que su caso no quede impune, Carlos, el extrabajador de una empresa de autobuses que denunció a dos compañeros y a una de sus jefas por el delito de discriminación debido a su condición de VIH, logró que su carpeta de investigación se reabriera, pues un agente del Ministerio Público había decidido archivarla.

En entrevista para El Sol de Puebla, el afectado indicó que fue el día 13 de abril a las 12 horas, cuando se llevó a cabo la audiencia denominada “control judicial previo”, en la que la juez de control Mirian Huerta Lechuga, de la región de Cholula, admitió su competencia para el estudio del caso, tratándose del análisis del reclamo de la víctima, la cual señaló que el agente del Ministerio Público de nombre Sergio Ortiz le había dado carpetazo a su asunto.

Y es que la representación social, en 2019, determinó el no ejercicio de la acción penal, al supuestamente no existir elementos que comprobaran que Carlos fue discriminado, a pesar de que este cuenta con diversas evidencias y quejas ante el Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), y distintos organismos que lo orientaron.

Fue así como durante el acto jurídico realizado en una de las salas del Centro de Justicia Penal de San Andrés Cholula, Verónica Elizondo Salamanca del bufete Jurídico Montalvo y Terrones Abogados y Consultores, logró argumentar actos de revictimización por parte del mismo defensor público que llevaba el caso y en el cuál el ofendido depositó su confianza para encontrar justicia.

Tras los argumentos y datos de prueba presentados en el caso, la juez de control ordenó que se reabriera la carpeta de investigación derivada de la denuncia en contra de Elizabeth N., y Eduardo N., por el delito de discriminación, además de que solicitó al fiscal general del estado de Puebla, Gilberto Higuera Bernal, capacitar al personal de la Unidad Especializada en Derechos Humanos Contra Delitos Cometidos Contra la comunidad LGBTTTIQ+, que significa Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis, Transgéneros, Transexuales, Intersexuales y Queer, así como el signo + que es la suma de nuevas comunidades y disidencias.

Es así como el afectado ya solo se encuentra a la espera de que se fije el día, hora y lugar para la primera audiencia por la carpeta 2772/2019/UVFYDG/LGBTTTTIQ-I.

Finalmente, el agraviado hizo un llamado a la Fiscalía de Puebla para que los defensores sociales atiendan con perspectiva de género y crean el decir de las víctimas de delito y no por el contrario, descalificarlas.

Los antecedentes del caso

El 1 de abril de 2022, Carlos, de 33 años de edad, exempleado de Estrella Roja, acusó haber sido víctima de discriminación, acoso sexual y laboral, insultos y humillaciones por parte de sus jefes y compañeros de trabajo debido a su preferencia sexual y padecimiento de VIH. Lo anterior durante los cinco años que laboró para la empresa de autobuses.

Según lo manifestado en su momento por la víctima, el calvario que sufrió comenzó el día 4 de noviembre de 2017, cuando debido a un problema gástrico tuvo que acudir a la clínica 6 del IMSS donde evaluarían si era necesario darle o no incapacidad por esta situación, no obstante y a pesar de haber solicitado que se omitiera su situación de VIH, ya que acudió por otra cuestión médica, el personal de la clínica no respetó la solicitud y lo consignó en su expediente y justificante médico, de tal forma que su jefa inmediata se enteró de su padecimiento.

Aunque el varón regresó al IMSS para pedir la corrección de la nota médica, el coordinador de la unidad le indicó que una vez impresa ya no podían hacer nada, ante lo cual Carlos decidió recurrir a la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CDH) y al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), organismos que presionaron y llevaron a que el IMSS hiciera la corrección correspondiente el día 10 de noviembre de 2017.

Fue así como el hombre de 33 años de edad en esa misma fecha entregó la nota del doctor a sus jefes quienes a decir del denunciante, le sacaron fotografías, y aparentemente ya habían quedado conformes, sin embargo, dice, fue todo lo contrario, ya que comenzaron a aislarlo, a prohibirle agarrar vasos, evitar que tuviera contacto con sus compañeros y con las áreas comunes.

Después de un tiempo, señaló, entró una nueva jefa en el departamento de Call Center a la cual identificó como Elizabeth, quien presuntamente tomó medidas más drásticas contra él y lo separó de todos los asesores comerciales e incluso lo colocó debajo de un ducto de aire acondicionado, lo cual derivó en que se enfermara de tos que le duró casi cuatro meses, tiempo en el que tuvo que acudir con médicos particulares y del IMSS.

Los cuestionamientos y el acoso siguieron. “Tenía que decirles qué baño usaba, me preguntaban si ya me había operado, me pusieron sobrenombres por mi color de piel, me decían canela aunque le pedía que no lo hicieran porque no me gustaba, y una vez me quisieron sancionar porque llevé tenis, pero jamás firmé un código de vestimenta, hasta tuve que preguntarle a Eli los zapatos que debía usar; aunque otros también llevaban tenis, a mí fue el único al que regañaron, pero algunos compañeros me defendieron y me dijeron que denunciara lo que sucedía “, compartió.

Siguiendo la recomendación de sus compañeros, el denunciante marcó a una línea de denuncia anónima de la misma empresa para manifestar la situación por la que atravesaba; en vez de ser ayudado, fue evidenciado él y los compañeros que lo apoyaron los cuales con posterioridad también fueron hostigados laboralmente hasta que fueron despedidos uno por uno.

Tras una serie de actos discriminatorios, el joven interpuso dos denuncias, aunque una de las dos carpetas de investigación que se iniciaron por este asunto fue archivada por la Fiscalía General del Estado de Puebla.

Fue entonces que la víctima inició una batalla legal para que su carpeta fuera reabierta, y es que Carlos busca que se haga justicia y que nadie más en una condición similar pase por lo mismo ya que, asegura, su intimidad también fue violada con la filtración a su número de WhatsApp, el robo de fotografías y conversaciones íntimas con su pareja que posteriormente fueron compartidas al WhatsApp y correos electrónicos de varios de sus compañeros.

Enlace a la fuente