A partir de la segunda década de vida, y en algunos casos puntuales, a partir de los 16 años de edad, los hombres pueden comenzar a experimentar una caída progresiva del cabello que tiene como principal causa el factor hereditario en más del 95 por ciento de los casos y que puede afectar hasta a un 20 por ciento de los varones, según los especialistas del Hospital Capilar (HC).
Esta calvicie prematura, que puede acarrear problemas psicológicos y reducir la autoestima cuando se inicia en la juventud, se conoce como alopecia androgenética o juvenil, y es la forma más frecuente de alopecia entre los varones, según el HC.
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“La alopecia androgenética tiene causa hormonal y un patrón generalizado, focalizándose en las entradas y la coronilla de la cabeza en los hombres”, según explica el doctor Francisco Pilo, de la clínica mencionada.
Comienza con el despertar hormonal
“En muchos casos, las alopecias masculinas comienzan en la adolescencia con el despertar hormonal, es decir en el momento en el que las hormonas despiertan y comienzan a hacer efecto en el desarrollo humano”, explica el médico.
Añade que estas alopecias están promovidas, fundamentalmente, por una predisposición genética a la calvicie.
Los primeros signos de calvicie prematura comienzan cuando en el varón existe una fuerte carga androgenética -acción muy marcada de un tipo de hormonas denominadas androgenéticas– que hace que sus folículos capilares estén muy predispuestos a que la dihidrotestosterona (DHT) los desgaste y destruya.
“La dihidrotestosterona es una hormona que ataca a los folículos pilosos, provocando la miniaturización del pelo y su posterior destrucción. Cuando existe esta predisposición genética, la alopecia se desarrolla antes y con más fuerza”, asegura Pilo.
Este tipo de alopecia, en la que produce una miniaturización de los folículos pilosos y una disminución de la fase de crecimiento del pelo, comienza a manifestarse especialmente en las áreas frontales de la cabeza, las entradas y la coronilla.
Otras causas
Además de la alopecia androgenética, los hombres jóvenes también pueden sufrir una caída súbita del pelo asociada a una causa previa, como pueden ser: estrés, algunas infecciones o enfermedades o cambios hormonales bruscos, la cual es reversible siempre que se solucione la causa subyacente.
Aparte del componente hereditario, el uso de productos capilares muy agresivos, la aplicación de determinados tintes, la contaminación ambiental, el secado o el planchado excesivo del pelo o los malos hábitos alimentarios, también pueden contribuir a una pérdida de cabello entre los jóvenes.
Para Pilo “es importante diferenciar el inicio de una alopecia juvenil de la caída del pelo debida al propio ciclo de vida del cabello, el cual atraviesa una fase en la que se desprende, dando paso al origen de otro pelo en el mismo folículo piloso”.
“Cada día se nos caen de media entre 50 y 100 cabellos, como parte de un proceso normal. Cuando la pérdida capilar da paso a un clareo y a una falta de densidad, estaremos ante un signo de alerta de alopecia juvenil”, detalla.
En estos casos, “resulta clave recibir un tratamiento médico adecuado y de forma temprana, para evitar un impacto visual mayor”, asegura.
Pilo recomienda estar atento a los primeros síntomas de la alopecia prematura, consistentes en que aparezcan dolor o picor en el cuero cabelludo, se perciba que el cabello se vuelve más graso, opaco o fino, o se pierda una gran cantidad de pelo mediante la acción mecánica de un cepillo o en el lavado.
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Sin olvidar que “es imposible luchar contra la genética”, el doctor describe algunas medidas que pueden ayudar a prevenir o frenar el desarrollo de la alopecia androgenética.
Acudir al especialista
“Ante los primeros signos de alopecia es fundamental acudir a un médico experto, que tratará cada caso individualmente y con el tratamiento más adecuado para frenar la pérdida capilar, mediante antiandrogenéticos orales o mesoterapia capilar y minoxidil”, subraya.
“Dejar de fumar, reducir la ingesta de alcohol y hacer deporte regularmente para rebajar el nivel de estrés, son cambios en nuestra forma de vivir que pueden contribuir a mejorar la calidad del cabello y desacelerar la aparición de la calvicie prematura”, concluye el especialista.